domingo, 25 de diciembre de 2011

Propitaphium



Si quisiera decir
de lo que fui,
es que ya no soy.

Y, no siendo,
¿qué diré?;
y ¿a quién?,
¿por qué?

Y, si no soy,
que digan otros.
¿Qué dirán?
¿De quién?,
si ya no soy...
ah, bien.

Y, si aun así,
hubiera algo que decir,
algo que fuera obvio,
indudable, destacable,
realmente notable,
es que siempre tuve las manos
bastante Pedrorena.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Urgencia


Se me cruza un coche. La madre conduce histérica. En el asiento de atrás, la abuela, con el niño en brazos, me mira triste y tranquila. Sólo ella y yo sabemos que ya es tarde.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Escribe tu propio epitafio


Haz la tarea antes de morirte.
El 25 de Diciembre
escribe tu propio epitafio
y publícalo en tu blog.

Esta iniciativa nace
como homenaje a Nicanor Parra,
Premio Cervantes 2011.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Tren V


Y nada más existió hasta el próximo tren, que llegó puntual, como siempre, mañana, a primera hora, cuando el sol volará somnoliento iluminando este desierto cabrón con su párpado invertido. Y luego vuelve ella con su bandeja tintineante. Un vaso con zumo y un café con leche que nunca se cayó una vez y siempre estará en equilibrio. Salvo el día en que caerá.
Ese día fue diferente. Me susurró al oído, yo salté de alegría y la acaricié; cayó el vaso y reímos.
Luego todo fue mal y será mal en la estación donde los trenes pasaron da igual cuándo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Alterbombo: Alberto Corujo y el gato de Cheshire

Cada vez me gusta más la radio. Estaba yo ayer escuchando mi emisora favorita en catalán cuando me sorprendió la grata noticia de la victoria semanal de nuestro querido Alberto Corujo en el concurso de microrrelatos de Wonderland, en ràdio4.
Albert, Alb, Odys2.0, continúa así con la reciente cadena de microrrelatistas cercanos (Agustín Martínez Valderrama, Rosana Alonso, Rocío Romero...) que consiguen ir a la final del concurso.

Cierren los ojos y escuchen al inefable, al sublime Percebe Occidental, Cirrípedo Astur, Pollicipes xixonensis, al indudablemente sináptico Alberto Corujo.

Audio, a partir del min. 26

TROFEO
Años después de haberle perdido el rastro en aquella trágica expedición al Amazonas, de la que también formé parte, encontré a mi viejo colega Jon Satrústegui cuando paseaba por un mercadillo a las afueras de Quito. Habían pasado tantas cosas desde la última pelea, y el tiempo nos había cambiado tanto, que al instante comprendí que no iba a echarme nada en cara. Tomé la suya entre las manos, mientras la emoción se desbordaba en un raudal de lágrimas. Estaba muy estropeada, y reducida en exceso. Tanto, que tras arduo regateo pude adquirirla como colgante por un módico precio.


Alberto Corujo Corteguera



Comentarios al microrrelato (traducción por cortesía de Agus)
Una pieza absolutamente excepcional. Un microrrelato impactante que en su avance y progreso va abriendo expectativas y generando intriga de principio a fin. Es un texto que sugiere y es a partir de aquí donde la narración crece, se consolida y alcanza todo su fin. La historia tiene una esencia muy cinematográfica y nos transporta a escenarios cosmopolitas que todos podemos reconocer ya que forman parte de nuestro imaginario real y ficticio. El mérito de Trofeo reside en la gestión narrativa del recuerdo, en la mecánica de una historia llena de ínfimos detalles que constituyen un perfecto engranaje y cuya historia se nos desvela en las dosis justas y necesarias.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sueño de Wiesenthal

Como tantas veces había hecho de niño, pasé el dedo índice por aquella fila de dedos de pies que apuntaban al cielo, como quien golpea con un palito los barrotes de hierro en las verjas de un barrio residencial.
Pero esta vez no eran dedos huesudos de compañeros. Ah, no. Esta vez eran todo lo contrario.


Progreso

Como tantas veces había hecho de niño, trepé al árbol y observé el valle. No parecía que nada hubiera cambiado. El puente, el frontón y la casa de Matías el Chiquitico seguían allí. Subí un poco más arriba y salté adelante, para planear sobre el pueblo y ver más detalles. En casa de Matías la huerta lucía estupenda.
Regresé al árbol y me posé con cuidado. Descendí al suelo y retrocedí hasta los doce años.
Más tarde pasé por casa de Matías y le dije que no se preocupara; la carretera no iba a pasar por su huerta.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un paseo en La Nave


Hoy he tenido el honor de asomar la cabeza en La Nave de los Locos.
Fernando Valls publica allí un par de mis micros inéditos.
Y habrá algún otro.
Estoy muy contento.

Y aquí, otra vez muy contento.

lunes, 31 de octubre de 2011

Tren IV

En el andén suceden cosas. A veces el tren tarda en partir, como si quisiera quedarse un rato más. Los conductores miran por la ventana buscando qué los retiene; sin saber que son, inconscientes, las personas que esperan, porque al tren le interesan.
Otras veces, como el día en que te fuiste, el tren, al salir, revienta la inercia de los que lloramos de pie, y nos tambalea, nos mece, nos manda a la mierda elástica del vaivén de este puto dolor.



Tren IV (II)

En el andén
suceden cosas.

A veces el tren
tarda en partir,
quiere quedarse
un rato más.

El conductor busca
qué lo retiene;
sin saber que son,
inconscientes,
las personas que esperan,
que al tren le interesan.

Otras veces,
como el día en que te fuiste,
el tren que parte
revienta la inercia
de los que lloramos
de pie,
y nos tambalea,
nos mece,
nos manda a la mierda
elástica
del vaivén
de este puto dolor.

viernes, 21 de octubre de 2011

Tren III


A través de la ventanilla observo a una chica en el andén. Se despide sin lágrimas. Agita la mano por no tirarse del pelo, y sonríe con una boca de mentira piadosa, mostrando los dientes, que son como fracturas abiertas de los huesos de una ilusión.

martes, 11 de octubre de 2011

Tren II


Hoy he visto desde el tren, a lo lejos, un trozo de paisaje sin terminar. Faltaba el pasto, un maizal, arbolitos, qué sé yo. Una mano gigante se apresuraba a completarlo. Clavaba álamos en fila, extendía un trigal como la alfombra de un hotel, arrugaba una colina con la yema del pulgar.
¿Y cómo era la mano?
Ya les dije. Descomunal, negra, de garras largas en cada uno de los seis dedos. Como las nuestras, si las miran bien.

martes, 4 de octubre de 2011

Tren I

Observo desde el tren el cauce seco de un río que han convertido en autopista. Los autobuses lo remontan contracorriente hacia los lugares donde desovan; y vuelven, al fin, vacíos, a morir al barranco de los Sargazos.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Receta

Tome unas zapatillas deportivas del número 32.
Introduzca algo de arena en su interior.
Inclínese ante el retrete y vacíe allí la arena de las zapatillas.
Escuche.
Es un ruido de bambú hueco entrechocando, de Campanilla volando en Guatemala, de balbuceo de flauta, de pompas en los labios.
Así suenan los recuerdos de un hijo muerto.






Me apetece re-publicar este micro, que mi amigo Alberto me permitió mostrar en su blog hace un tiempo. A Iván le gustó (y eso es muy bueno), así que ahí queda.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuentos murcianos VII, Cotylorhiza vindicata


Se han roto las redes. El mar está plagado. Flotan mecidas en un bosque de piernas jubiladas, lamen los tobillos de los niños.
En una desordenada labor comunitaria, viejos y chiquillos las retiran hasta los bidones de la orilla, donde agoniza esa masa inerme de baba viva.
Las medusas, sin embargo, no saben trabajar en manada. Sólo las más grandes arrastran de cuando en cuando algún niño pequeño al fondo y lo muestran como trofeo.

martes, 26 de julio de 2011

Requiem pro Amy Winehouse

La hija del taxista cantaba
con una voz que le dieron
y una fuerza que le puso.
Con el timbre del que sabe
que tropezar no es más
que parte de andar.

Por fumar le dio la tos,
por la farlopa, un yuyu;
por la keta, un mal rollo
y por el costo, esa manía
chunga de mirar al techo.

La hija del taxista tenía
choja para el buen vino
y costumbre para el peor;
y tenía los ojos capaces
de ver lo cierto de la vida,
y toda su mierda.

La hija del taxista
me hizo llorar
con su versión de Moody’s mood
igual que Nina con How it feels.

y,
al contrario que tú y que yo,
sabía, más o menos,
lo que iba a durar;
y eso la mataba,
o al revés.

miércoles, 20 de julio de 2011

Algún día verás

El mosquito sube a trompicones por el espejo del baño.
Resbala y sigue.
Su reflejo de mosquito lo acompaña boca arriba.
Resbala y sigue.
Pronto, mosquito y reflejo alcanzan lo más alto. El mosquito se acerca a la bombilla y se quema. El reflejo no. Y queda allí atrapado, viudo de sombra, huérfano de la reflexión.

lunes, 4 de julio de 2011

Segadores

Han llegado los segadores. Ahí viene uno. Repasa con su máquina el césped alrededor de las farolas, pero yo sé que disimula.
Ahí viene otro. Lleva el mismo aparato con un pequeño motor a la espalda. Recorta las malas hierbas que crecen junto al bordillo.
Se acerca otro más. Éste sí trae los brazos llenos de sangre.

lunes, 27 de junio de 2011

Piedra por camisa (hermanamiento tantócrono)

Wínnappu está a tiro de piedra si la piedra la tira un niño.

Saliendo de Chimbacuaya por la campa grande, al final del camino que lleva al río, hay un árbol enorme, aunque nadie sabe si es olmo, arce o platanero del Kurdistán. No pertenece a Chimbacuaya, pues aquí sólo la gente es particular; las cosas y el entorno, al ser normales, nos mantienen amarrados al mundo.
Bien. Wínnappu está a tiro de piedra a través del árbol.
Tome un niño pequeño, dele una piedra y sitúelo frente al árbol. Si el niño tira la piedra con un mínimo de puntería, la verá desaparecer a través del olmo. Luego, tras una breve espera observando el arce, verá usted cómo, desde las tripas astillosas del platanero surge una bola informe de tela. Es una camisa de cuadros, arrugada y envuelta en una camiseta blanca.
El árbol es de Wínnappu. Sólo allí suceden cosas tan extrañas. Sólo allí cuelgan carteles de los árboles. Carteles que dicen “árbol de Wínnappu.
Si la piedra la tira un adulto hay que agacharse, porque ésta vuelve por detrás y le golpea en la espalda o en la cabeza; señal de que hay otro árbol de Wínnappu en Chimbacuaya.
No hemos probado a guardar la piedra y tirar el niño.

lunes, 20 de junio de 2011

Requiem pro Clarence Clemons


Si yo hubiera sido tan negro
y tan brillante,
si hubiera sido enorme
y tan grande,
si hubiera sido,
en fin,
esa buena
parte del saxo;
habría sido,
tal vez,
similar a las 260 libras
mejor utilizadas
de la historia del rock.


viernes, 10 de junio de 2011

Objetivos 2011

¿Y cuándo será el incendio? Debo planificarlo.
Sé dónde: En el supermercado junto al colegio. Necesito niños indefensos y madres histéricas; víctimas baratas.
De noche. Quiero fotos nocturnas, flashes. En invierno anochece pronto. Hacia las cinco el colegio estará abarrotado. ¡Diciembre, claro! Buenas fechas, entrañables, tiernas. Dejaré la chaqueta en el coche y saltaré a través de alguna ventana. Luego debo aparecer, despacio, con una niña en brazos; dejar que me fotografíen. Un héroe. Me ascenderán. Ya no tendré que ir en el asiento de atrás. Seré el nuevo conductor del Coche Tres. Y ¡úa, úa, úa!; ¡fuego, bomberos! Tocaré la sirena cuando quiera.

sábado, 4 de junio de 2011

Me dijo Wurlington (y II)

Dice Wurlington que la astronomía escapa fuera de su conocimiento y de sus intereses, y que, por lo tanto, carece de fundamento. Dice que, aunque fuera posible, él sería incapaz de sentarse en el borde mismo de un agujero negro, porque la única forma de acercarse a un punto de gravedad total sin ser devorado es dejar de creer que ese punto existe. Sólo entonces podría uno sentarse al borde del abismo. Aunque luego caería en la cuenta de que uno está al borde de un agujero que no es. Tras lo cual, ante la evidencia de que no puede uno estar sentado ante algo que no existe, sería absorbido por la nada, es decir, por el agujero negro.

martes, 3 de mayo de 2011

Eje



Irvington Echechipía ha visto un tornillo en el piso. A decir verdad, ha encontrado la cabeza del tornillo; una cabeza plana, con raya en medio, ajustada a ras del suelo, perfecta. Con el destornillador viejo, el de cachas de madera, Irvington comienza a desenroscarlo.
Poco a poco, en el sótano de su casita junto a la Plaza Artigas, en Durazno, Irvington Echechipía extrae del piso el tornillo más largo del mundo.
Al mismo tiempo, en Jindo, Corea del Sur, en su casita de tejado azul, el joven Gin Gigong observa las burbujas mientras el agua escapa de su bañera por el agujero más largo del mundo.

sábado, 23 de abril de 2011

Eleven Holy Numbers

El jueves fuimos a visitar a Theo Jansen. Había visto antes sus creaciones, pero busqué más a partir de la entrevista a Sara Mesa en El Síndrome Chéjov.
Jansen es un gran inventor, un gran ingeniero y un gran tipo. Ahora también es amigo de mi hijo.


PD: Este blog cumple hoy doce meses. Desde el primer comentario, de Marina, hasta el último, de Torcuato, el blog se ha hecho mayor gracias a los que habéis ido cayendo por aquí.
Y yo sigo aprendiendo.
Muchas gracias a todos.

viernes, 15 de abril de 2011

Crossroads


Johnson Fenderby Roberts tomó con su negra mano la guitarra apoyada en la pared. Oyó el tap tap de la baldosa floja y no pudo resistirlo. Bajo la baldosa estaba el agujero, y Johnson Fenderby Roberts acercó la oreja y escuchó la oferta.
Esa noche se plantó en el cruce de caminos dispuesto a firmar.
Lo atropellaron dos camiones. Uno venía del norte y otro del oeste. Uno traía whisky, y el otro, hielo. Los dos conductores murieron, y Johnson Fenderby Roberts se emborrachó para siempre.



Os dejo unos días, para que descanséis.
No sé si publicaré en el blog, pero tengo intención
de escribir mucho. Me voy a la caza de la strandbeest,
para abrazarme a una de sus patas y decirle ¡yihaaa!
Para estar con mi familia y leer cuentos a mis hijos,
y decirles "capítulo uno" y que me digan "¿en el que qué?"

miércoles, 6 de abril de 2011

No sé yo si no te odio, oye.

Creo que me haría muchísima ilusión que murieras irremediablemente. Digo que creo, porque en parte estoy seguro de que no es así. Descubro que mi mente se permite concebir dos ideas opuestas al mismo tiempo, aunque está obligada a dar más peso a una que a otra. Sé que no me hace ilusión que mueras irremediablemente, porque he sufrido otras muertes cercanas y, si bien alguna no me ha dolido, recuerdo que ninguna me alegró.
De todos modos, te recomiendo prudencia. Basta un poco de fe para convertir cualquier creencia en una seria convicción. Asimismo, la seguridad no empírica puede muy bien tornarse simple creencia. Tras lo cual, si empiezo a estar seguro de que me hace mucha ilusión que mueras irremediablemente, iré, poco a poco, creyendo que tal vez no sea así. Será entonces cuando no me importe si el hecho se convierte o no en irremediable.

martes, 29 de marzo de 2011


83 novelas



En la biblioteca, sobre la mesa, cuatro ejemplares de 83 novelas. Ante el primero, cerrado, espera sonriente un lector ansioso. Del segundo, abierto, pende medio cuerpo de varón. En el suelo, bajo el tercero, unos zapatos de tacón.



Un ejemplo:
Biología 10
Dichos seres diáfanos prefieren enfermos que sanan
pues hacen fiestas en los cuartos recién desocupados,
llenos aún de residuos de esperanza.


Alberto Chimal


 

viernes, 18 de marzo de 2011

Luis


Sentado entre ellas, asientes cucharilla en mano. Tu mujer te peina mientras habla de la planta tal del Corte Inglés; de la ropa tal, de la señora tal, del perro del hijo de la señora cual. No revuelve tu café.
Tu hija mayor te endereza el cuello de la camisa. Dejas de asentir. Cuando acaba, asientes de nuevo. Y sonríes. Grita en tu oído. Le grita a su hijo, pero tú estás en medio. Grita que te pares, que te calles, que te bajes, que te doy. Ella tampoco revuelve tu café.
Tu hija menor te quita las gafas. Grita en tu oído. Le grita a su sobrino, le grita a su madre, se grita a sí misma. Grita que un pañuelo, grita que Angelina y que Brad Pitt, grita que el Euribor, grita Frenadol y Tanakene. Limpia tus gafas y te las vuelve a poner. Ella tampoco revuelve tu café.
Tu nieto se acerca, te pisa, agarra tu nariz. Te quita la cucharilla de la mano y revuelve tu café, que ya está frío. Él sí te mira a la cara. Sólo él sabe que fingiste el ictus.

lunes, 14 de marzo de 2011

Una historia de Ocozol


Bel Cozvíjar era un tipo huesudo, corcovado aquí y allá, de pelo prieto y duro. Tenía la cara curtida por el viento de Ocozol, y un ojo blanco por la cuchillada certera de su amigo Ocrán Sanabú.
Ocrán era un cerdo. Un cerdo hombre. Le gustaba todo lo que se moviera, y procuraba conseguirlo. No mató a Bel porque éste lo agarró del cuello y lo miró con el ojo sin navaja clavada, susurrando “con éste te veo bien, y te veo casi muerto”.
Ya viejo, Bel Cozvíjar enfermó y se fue retorciendo como el cable de un teléfono. Hubo días en que tripa arriba no era lo mismo que boca arriba; pero Ocrán Sanabú no faltó junto a su cama para cuidar del amigo y asegurarse de que moría en paz.
El último día, en el sosiego de lo impepinable, Bel Cozvíjar miró a Ocrán Sanabú, guiñó aquel ojo blanco, y le dijo “me voy ¿eh?”.



Y vino de aquí la inspiración,
viejo escenario de infancia.
Gracias a Pseudópodo, que aunó los recuerdos
de los que veíamos lo mismo en la estantería.

jueves, 10 de marzo de 2011

Epiglotis freudiana

Con este amargor tan extraño no puedo dormir. Es curioso dónde sabe el dolor. Bien atrás, a los lados de la lengua. Como la adrenalina en la boca. Pero la adrenalina sale disparada de la lengua hacia el paladar; y este amargor terrible, este cansancio en los lacrimales, va sólo hacia dentro, se absorbe, colecciona recuerdos de amigo muerto y los guarda allí al fondo, donde duele al tragar.



Ahí está. Quién me iba a decir que volvería a las andadas...
No es muy ReC, no es muy micro...

lunes, 7 de marzo de 2011


Qué linda paradoja temporal


Humphrey Windeasy, como cada viernes, salió llorando de su casa. Esta vez lloraba diferente, pues su madre yacía muerta en la cocina, y su padre buscaba en el granero una cuerda resistente.
Las lágrimas empapaban el cuello de su camisa. A la altura del mercado de Chestonbury, vio como su padre, con treinta años menos, se acercaba sonriente. Humphrey tomó un ladrillo del suelo y mató a su joven padre. Corrió de vuelta a casa, con el cuello de la camisa seco y vio a su madre, felizmente soltera, saludando desde la ventana.

jueves, 24 de febrero de 2011


La tristeza del bumerán

Dundeeby Singerland lanzó un bumerán el 14 de Noviembre de 1994. Dos años más tarde el bumerán regresó al punto de partida, matando a Josephine Thorddleton.
El bumerán se entretuvo; por eso llegó tarde, dolido, rabioso, con ganas de matar. No estaba Dundeeby esperando.


Para Agustín

jueves, 17 de febrero de 2011


Visita

El niño que ha venido esta mañana tiene bajo los ojos esa leve arruga que sólo poseen los miopes y los irónicos, como tú. Me ha llamado por mi nombre, y ha paseado por las habitaciones con la naturalidad de quien ya lo ha hecho antes. Ha pedido permiso, ha jugado con los puzzles sin apenas desordenar lo demás. Hacia las once se ha quitado los zapatos y los ha dejado juntos, apuntando a la pared, bajo el radiador.
Cuando vuelvas, esta noche, no te lo contaré.
El niño que ha venido esta mañana huele a ti con veinte años y me ha frotado la espalda para quitarme el lloro. Me ha preguntado si sigo enfermo de triste y si prefiero no verle más. Me ha dicho que trabaje, como tú, que mire menos veces por la ventana y que levante, por fin, sus fotos de la estantería.

jueves, 10 de febrero de 2011


La conquista


Me han contado que hay en Tucaplatzán
un enorme muro de roca labrada en el que se relata la historia de tres naves que salieron de un recóndito lugar. Y de cómo aconteció que toparon con los guerreros Tucaplatzacos, que por entonces volaban. Y de cómo estos guerreros llevaron las naves por el aire hasta el valle de Sodomitzán, donde retuvieron gozosamente a los aguerridos marinos, a quienes además aleccionaron para que, a la vuelta, contaran alguna necedad más o menos verosímil.

lunes, 7 de febrero de 2011

Adiós

Monday, February 7, 2011; 09:01:00 
  Adiós 
         From: Jimmelby Coppletton < jimbocopp@coppandco.com >
             To: Mummy < allison1939@mailer.com >, Daddy < jimbosenior@coppandco.com >,
             Jane < admin@coppandco.com >, bowling-crew < bowlfuckers@chestertonbowl.com >,
             dart-pals < crazystingers@olpub.com >, School < conscious_parents@chestertonschool.com >,                      Cooking < omelette@hobbyclubs.com >, Psych < docbrain@clinicschesterton.com >,
            Gustavo < puppymaster@walkthedog.com >,
              Cc: Priscilla ;o ;o ;o < boobshoney@chestertonchurch.com >,

Estimados todos:
Este es un e-mail automático, enviado desde el servidor, programado para ser remitido en el caso de que la cuenta de correo no se haya activado en las últimas 24 horas.
Así pues, he muerto.
Ya que a lo largo de mi vida no he hecho un especial alarde de honestidad, aprovecho tan notoria ocasión para deciros a todos, ahora sin lugar a engaño, que me habéis dado bastante asco. Habéis hecho, la mayoría de vosotros, mi vida mucho más difícil, me habéis molestado, habéis ido siempre a remolque de cada una de mis decisiones, y me habéis mantenido atado a vuestro lado con soberana tiranía.
Os sugiero una puesta al día mediante un repaso a mi lista de direcciones, entre las que se encuentra la tuya, cariño, y la tuya, cariño.
Esté donde esté yo ahora mismo, sin importar los trozos ni el inminente estado de descomposición, puedo aseguraros que estoy mucho más feliz que antes.
No quisiera, por otro lado, que abandonarais la idea de que aún siga vivo y me haya largado para siempre.

Wednesday, October 27, 2004
Atentamente

Jimmelby Coppletton
Sales Manager
Coppleton&Co
Chesterton Av, Chesterton


Antes de imprimir este e-mail, considere si es necesario.
El medio ambiente es para todos.
Please, consider environmental care before printing this e-mail

martes, 1 de febrero de 2011

Adicción


Estoy deseando colgar la bata en el laboratorio, introducir la llave en la cerradura para abrir la puerta del garaje. Anhelo cada día el gesto inconsciente de apoyar la mano en el borde de la portezuela al apearme del coche.
Me gusta cuando vas a pasear y no estás enfadada, porque al llegar me besas mientras te quitas el forro polar. Me vuelve loco sacarme los calcetines con un dedo apoyado en la tele vieja.
No sé qué tienen que ver el sufrimiento, el susto, con un placer extraño y oculto. Sólo sé que no es fácil confesar que soy adicto a la electricidad estática.



Dedicado a I.A., Faraday, Franklin y Tales de Mileto. En ese orden.

lunes, 31 de enero de 2011

Variaciones sobre el pisotón de un cóndor (y II)


A mi hermana le pisó un cóndor. Creímos que no fue más que eso. En aquel momento sólo supimos que el cóndor pasaba a su lado y que ella gritaba. Luego vimos al cóndor echar a volar.

No imaginaba que un cóndor pudiera levantar así a una persona. Yo creo que el bicho se enamoró, porque, según el microchip, ahora vive en Cerro Torre, entre Chile y Argentina. Con mi hermana, claro.

sábado, 29 de enero de 2011

Ni hablar

Esta mañana me ha abordado un tipo extraño en la puerta del dentista. Me ha ofrecido viajar al futuro. Ha dicho que por cincuenta euros podía saltarme esta semana; amanecer el próximo sábado, sin dolor de muelas.

Le he dicho que me dejara en paz, que lo de este lunes no me lo pierdo.
Y le he dado los cincuenta euros, claro.

miércoles, 26 de enero de 2011

Me dijo Wurlington (y I)


Wurlington opina que la humanidad en sí misma es un asco, y que este hecho es independiente de la sociedad y la cultura de la que se trate. Afirma, sin sonrojo alguno, que en las conversaciones que ha mantenido con seres no humanos, tanto animales como extraterrestres, la estupidez humana era un tema recurrente.
Wurlington dice que al encontrarse con otro ejemplar, sólo los seres humanos son capaces de no tener claro quién ha de saludar primero.

lunes, 24 de enero de 2011

El doble viaje de Jattery Tippleby

Mi cama está sobre un dragón. No es que haya un dragón bajo mi cama. Si observan el tamaño del dragón, verán que la cama está sobre el dragón.
El dragón se puso la cama encima para esconderse de mi hermana, que una vez le tiró de la cola y llamó al British Museum para que vinieran a verlo.
Jattery Tippleby vino desde Londres a ver el dragón, y el dragón se lo comió.
Todavía, a veces, el móvil del señor Tippleby suena dentro del dragón; y yo me despierto de madrugada tarareando God Save The Queen.

martes, 18 de enero de 2011

Variaciones sobre el pisotón de un cóndor (y I)

A mi hermana le pisó un cóndor, no es cosa de broma. Por un momento sus miradas se encontraron. Aquella especie de pollo antediluviano clavó sus ojos milenarios en el dulce verdor del iris de mi hermana, como queriendo disculparse.

El cóndor se fue después, paseando con un tambaleo insultante; mientras mi hermana se frotaba el arañazo del tobillo derecho.

Desde entonces, cada solsticio de invierno, el pie de mi hermana se pone negro, mientras ella construye pequeñas pirámides con adoquines, tararea extrañas melodías y observa, llorando, la salida y la puesta de sol.

domingo, 9 de enero de 2011

Teoría de cuerdas

Damián tiró de un cordón que encontró en la playa, y Marte comenzó a precipitarse hacia La Tierra. Expertos investigadores analizaron el suceso. Ni siquiera ellos sabían que aquel cordón unía ambos planetas. Calcularon el tiempo exacto hasta el fatal impacto. Fueron tres días eternos, de despedidas, lloros y excesos. Hasta que dijeron que la cosa iba bien, que al parecer alguien equilibró Marte tirando del cordón que lo une con Júpiter.