Han llegado los segadores. Ahí viene uno. Repasa con su máquina el césped alrededor de las farolas, pero yo sé que disimula.
Ahí viene otro. Lleva el mismo aparato con un pequeño motor a la espalda. Recorta las malas hierbas que crecen junto al bordillo.
Ahí viene otro. Lleva el mismo aparato con un pequeño motor a la espalda. Recorta las malas hierbas que crecen junto al bordillo.
Se acerca otro más. Éste sí trae los brazos llenos de sangre.
YA me imagino lo que segó el tercero...
ResponderEliminarTe ha salido un relato muy inquietante. La última frase abre un terrorífico abanico de posibilidades.
ResponderEliminarPerfectamente podía tratarse de los jardineros de Wínappu. A mí de todos modos el que más miedo me da es el primero; porque sabes que disimula.
ResponderEliminarAl principio te saca la sonrisa este micro, pero después me ha dejado un regusto desasosegante.
Me gustó.
Abrazos, Gabriel.
Lo importante es que el césped esté bien rasurado, que luzca bonito, uniforme. Y que los niños juegen y las parejas retozen. ¿La sangre?. No todo podía ser perfecto.
ResponderEliminarQué bueno eres.
Abrazos.
PD: Palabra de verificación "Mogersee". ¿Una variedad tropical de geranios?
¡Uy, uy! que desasosiego provoca esa última frase...
ResponderEliminarCoincido con Araceli. Lo primero que me vino a la cabeza fue ese mismo adjetivo: inquietante.
ResponderEliminar¿Se ha cargado el tercer segador al primero, o son solo imaginaciones mías?
Un abrazo
Joder, Propílogo, me has dejado patidifuso. Es realmente ferpecto.
ResponderEliminarDesde ese "Pero yo sé que disimula" se disparan las alarmas. Ya no importa lo que están haciendo los segadores, sino lo que no están haciendo. En fin, que se caga uno de miedo sin saber muy bien por qué.
Y ese final...
Lo dicho, es ferpecto.
Sabes?... te dejo aquí mi sombrero, y me voy alucinado.
Besos miedosos.
¿De verdad que no fumas nada? Otra pregunta: ¿por qué me encantan tus micros? Y otra: ¿alguna clave para liberar el subconsciente? Gracias,
ResponderEliminarPABLO GONZ
Genial, Gabriel
ResponderEliminarQué miedo... ya te han dicho todo por aquí, te deja un regusto inquietante sin que sepas ni por qué... bueno, vale, lo de la sangre tiene un poquito que ver y el que disimula...
Un abrazo
Hola Gabriel:
ResponderEliminarhace tiempo que estoy en deuda contigo y a ver si puedo enmendar un poco la falta.
Si algo domina el texto es la expectativa que el narrador marca con ese "Este si trae los brazos llenos de sangre".
Hay en el verbo segar, algo que siempre produce en mayor o menor escala cierto escalofrío. Su peso simbólico es mayor y domina por encima de su significado puro y duro. Por más mecánica que le heches al asunto, cuando tu hablas de segar,inmediatamente tu referente es la hoz o la guadaña, que han quedado abandonadas hace décadas en casi todas las tareas agrícolas -quizá aún en algunos arrozales se conserva un tipo de hoz-. Es por ello que a tu micro si a la expectativa del narrador se le añade la potencia simbólica del verbo segar, me parece que nos aproximamos un poco al motivo del escalofrío.
de los tres segadores, hay uno que disimula, hay otro que cumple escrupulosamente y con detalle el trabajo, ambos defraudan la expectativa del narrador hasta que llega el "verdadero" aquel que cumple la tarea simbólica. De ahí el comienzo de esa frase que suena casi a exclamación.
El otro tema es la sangre. Se podría pensar que es propia si el pobre hombre se hubiera se hubiera jodido los brazos, pero todo indica que la sangre es ajena. Es más, yo diría que el narrador necesita que esa sangre sea ajena.
El micro me parece interesante tanto por la tensión narrativa que juega con un sólo soporte: la expectativa del narrador ya que se ve confirmada o defraudada en la medida que los segadores entran en su campo visual. Y el otro aspecto que sin duda destaco es la frase final donde lo simbólico es, a la postre, el cierre del micro.
(ahora que lo pienso no estaría de más darle una miradita al asunto Cronos, Urano y el mal agüero que le cayó a pobre mano izquierda)
Y hasta aquí llego, como ciempre me enrrrrollo más de la cuenta, pero de eso sí que me es casi imposible hacer propósito de enmienda.
unabraçada y cuidado con la curva de la Estafeta.
salut,
hugo
Inquietante... creaste mucho suspense con muy poco y dejando todo abierto. Muy bueno
ResponderEliminarMontse, gracias por venir. Ese tercero segó todo, todo.
ResponderEliminarAraceli, inquietante, sí. Los vi venir, de verdad.
Jesus, qué miedo da cuando ves que alguien disimula. ¿No has pensado nuca "por qué silba este tío"?
Abrazo
Agus, nada puede ser perfecto, y la sangre no huele tan mal como otras cosas que se encuentran en la hierba...
Abrazo
Elysa, eso es porque el último no oculta nada.
Gemma, no era mi intención que se mataran entre ellos. Me extrañó ver a un segador, y otro y otro. Pensé que no hacía falta, que venían por algo...
Abrazo
Kum, ¡otro sombrero!. Miles de gracias agradecidas.
Pablo, fumaría si debiera. No sé por qué te gustan mis micros; si lo supiera te escribiría más. Y para liberar el subconsciente supongo que lo mejor es hablarle mucho, darle confianza, que se sienta como en casa.
Abrazo inmenso
Ana, muchas gracias. Inquietar está bien. Me va gustando.
Abrazo
Hugo, tus comentarios-tesina me llenan de orgullo. Me honra de verdad que dediques tiempo al análisis y a la explicación de las apreciaciones. Es muy interesante ese detalle de defraudar las expectativas, porque en el fondo se oculta tras lo que decía Pablo acerca del subconsciente. Repasaré a Cronos y Urano.
Abrazo de vuelta. Salut
Pablo, gracias por pasar. De nuevo lo inquietante. Supongo que es una de esas sensaciones que se pueden canalizar.
Saludos a todos y gracias por comentar.
Gabriel