En el andén suceden cosas. A veces el tren tarda en partir, como si quisiera quedarse un rato más. Los conductores miran por la ventana buscando qué los retiene; sin saber que son, inconscientes, las personas que esperan, porque al tren le interesan.
Otras veces, como el día en que te fuiste, el tren, al salir, revienta la inercia de los que lloramos de pie, y nos tambalea, nos mece, nos manda a la mierda elástica del vaivén de este puto dolor.
![]()
En el andén
suceden cosas.
A veces el tren
tarda en partir,
quiere quedarse
un rato más.
El conductor busca
qué lo retiene;
sin saber que son,
inconscientes,
las personas que esperan,
que al tren le interesan.
Otras veces,
como el día en que te fuiste,
el tren que parte
revienta la inercia
de los que lloramos
de pie,
y nos tambalea,
nos mece,
nos manda a la mierda
elástica
del vaivén
de este puto dolor.
Tren IV (II)
En el andén
suceden cosas.
A veces el tren
tarda en partir,
quiere quedarse
un rato más.
El conductor busca
qué lo retiene;
sin saber que son,
inconscientes,
las personas que esperan,
que al tren le interesan.
Otras veces,
como el día en que te fuiste,
el tren que parte
revienta la inercia
de los que lloramos
de pie,
y nos tambalea,
nos mece,
nos manda a la mierda
elástica
del vaivén
de este puto dolor.
Joer Propi, llevo dos salvas completas de aplausos y aún no me decido a decirte si prefiero verlo escrito en prosa o no. Creo que sí y me llama la atención que suponga alguna diferencia, pero así es. Genial.
ResponderEliminarY besos
Me gusta mucho este nuevo tren, se lee como un recuerdo, como reminiscencias de lo vivido. Y tu experimento es muy interesante y pone de manifiesto la cercanía, el parentesco que hay entre cierto tipo de microrrelatos y la poesía, esa voluntad de capturar el instante, de provocar sensaciones, de sacudir.
ResponderEliminarBien sacudido, enhorabuena.
Sí, muchas veces el género viene desprovisto de esa carga de lirismo que, como demuestra tu texto de hoy, le añade un plus de exquisitez. Literatura de mirada y detalles, de vaivén, tristeza y mierda. Lírica.
ResponderEliminarAbrazos.
PD: Admiro que no eligas, que muestres los dos formatos. Con un par.
me encantan estos trenes llenos de puto dolor.
ResponderEliminarUn abrazo
El dolor es vertical. Así que me quedo esa versión.
ResponderEliminarAl final me gustan los dos formatos porque en cada uno resaltan más unas frases que otras...
ResponderEliminarTanto en prosa como en poema, me gusta muchísimo esta parte:
"Otras veces, como el día en que te fuiste, el tren, al salir, revienta la inercia de los que lloramos de pie, y nos tambalea, nos mece, nos manda a la mierda elástica del vaivén de este puto dolor."
Abrazo pues!
Bien por ese balanceo entre micro y poema. Un ejercicio este que también yo suelo practicar con aquellos micros más extremos.
ResponderEliminarUn beso
Rocío, muchas gracias. Yo creo que me gusta más en poema.
ResponderEliminarAbrazos
Jesus, a veces son primos, cierto.
Abrazo
Agus, bueno, mostrar los dos formatos no es muestra de valor, sino de falta de decisión, o de exceso de espacio.
Abrazo
Elena, mil gracias.
Otro abrazo
Montse, me gusta eso del dolor vertical. ¿Todos los dolores? El de muelas, sí; pero ¿el de cabeza?
Abrazo
Roxie, gracias, quería plasmar ese golpe hueco del vacío, a la vez que el dolor rítmico...
Abrazo
Gemma, lo sé. Los leo y los alabo. Son juegos, como los malabares, suaves, jugosos y ciertamente líricos.
Abrazo