Wurlington opina que la humanidad en sí misma es un asco, y que este hecho es independiente de la sociedad y la cultura de la que se trate. Afirma, sin sonrojo alguno, que en las conversaciones que ha mantenido con seres no humanos, tanto animales como extraterrestres, la estupidez humana era un tema recurrente.
Wurlington dice que al encontrarse con otro ejemplar, sólo los seres humanos son capaces de no tener claro quién ha de saludar primero.
Puesto que coincido con sus opiniones, si Wurlington escribe un libro al respecto me gustaría comprarlo.
ResponderEliminarAún así, o por eso mismo, de humana a no humanos elevo un pedido: edúquennos antes de que ssea demasiado tarde.
Sí, creo que rematadamente asquerosos y envanecidos....
ResponderEliminarSaludos.
Ja ja ja, yo por si acaso saludo primero, salvo que me caiga mal!
ResponderEliminarBuenísimo Propílogo, con tu toque
Un abrazo
Jajajaja, Filosófico relato, crítico con la humanidad.
ResponderEliminarMuy bueno, además de divertido, Gabriel.
Un abrazo
Desternillante, Gabriel. Mucho humor, es decir, mucha filosofía.
ResponderEliminarZenkiu,
PABLO GONZ
Es típico:
ResponderEliminar"-Me crucé con Periquita y no me saludó.
-¿Pero tú la saludaste?
-No. Si ella no me saluda, yo tampoco."
Un abrazo, Gabriel
Es tan real que acaba siendo del todo surrealista. Radiografía precisa de un instante ¿estúpido? que logras detener en el tiempo. Excelente, como siempre.
ResponderEliminarAbrazos.
Wurlington se está convirtiendo en un tratado de la humanidad, que avispado es!! Abrazos
ResponderEliminarBrillante, con tu permiso lo lelvo a mi muro.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta micho cómo vas de la teoría general a la particular, desde una gran teoría filosófica a un caso que ocurre con frecuencia en los portales y ascensores cuando se encuentran dos vecinos. Parece que siempre esperas a que te saluden primero, y si no lo hacen genera una fricción que puede dar origen a teorías como la tuya. Lo puedes hacer con otras cosas cotidianas, aunque ya he visto que has puesto (y I). Genial.
ResponderEliminarEl tema de los saludos reclama un sesudo tratado por parte de Wurlington
ResponderEliminarCon permiso...
ResponderEliminarSon los únicos que se plantean quién ha de saludar primero y escriben tratados sobre ello. De todas formas tiene que saludar el que llega... está claro
Un abrazo
Patricia, Wurlington da mucho jugo, pero sólo de vez en cuando, porque desaparece a menudo sin avisar. Abrazo.
ResponderEliminarJosef, conviene, a veces, mirarse desde fuera, y desde lejos. Saludos.
Ana, yo suelo saludar después de pasar. Miro, amago, miro, me extraño, dudo, me decido y ya es tarde. Abrazo antepuesto.
David, Wurlington es así, desinhibido. Abrazo.
Pablo. Wurlington te lee, y aprende. Abrazo.
Tor, cierto. Y Periquita contó lo mismo. Abrazo.
Agus, gracias. Al menos esos instantes estúpidos son breves. Abrazo.
Maite, a veces Wurlington parece absolutamente british, pero otras se le oye un cierto acento entre Campezo y la Berrueza...
Baizabal, un honor, por supuesto. Abrazos de vuelta.
Manu, mil gracias. Tengo intención de reservarle a Wurlington un espacio numerado, un palco bien tapizado para que se siente cuando quiera. Ya se irá haciendo oír. Abrazos expectantes.
Araceli, de Wurlington se puede esperar cualquier cosa.
Bicefa, tal vez sean los únicos. Estuve una vez en un sitio, y no era pequeño, en el que todo el mundo saludaba por la calle. Aunque era como de fantasía, porque vuelan por allí murciélagos dorados y palomas rosas...