Wínnappu está a tiro de piedra si la piedra la tira un niño.
Saliendo de Chimbacuaya por la campa grande, al final del camino que lleva al río, hay un árbol enorme, aunque nadie sabe si es olmo, arce o platanero del Kurdistán. No pertenece a Chimbacuaya, pues aquí sólo la gente es particular; las cosas y el entorno, al ser normales, nos mantienen amarrados al mundo.
Bien. Wínnappu está a tiro de piedra a través del árbol.
Tome un niño pequeño, dele una piedra y sitúelo frente al árbol. Si el niño tira la piedra con un mínimo de puntería, la verá desaparecer a través del olmo. Luego, tras una breve espera observando el arce, verá usted cómo, desde las tripas astillosas del platanero surge una bola informe de tela. Es una camisa de cuadros, arrugada y envuelta en una camiseta blanca.
El árbol es de Wínnappu. Sólo allí suceden cosas tan extrañas. Sólo allí cuelgan carteles de los árboles. Carteles que dicen “árbol de Wínnappu”.
Si la piedra la tira un adulto hay que agacharse, porque ésta vuelve por detrás y le golpea en la espalda o en la cabeza; señal de que hay otro árbol de Wínnappu en Chimbacuaya.
No hemos probado a guardar la piedra y tirar el niño.
Yo creo que hay que probar a tirar al niño a ver qué pasa. Me gustó tu homenaje.
ResponderEliminarAbrazos madrugadores.
Como Alicia me cuelo por el árbol a ver a dónde me lleva...
ResponderEliminarAbraxos
jajaja pobre niño, no, no que no lo tiren.
ResponderEliminarSaludillos
¡Anda, vengo de Wínnappu y me encuentro esto! Así que el espejo de Alicia es perfecto, está un lado y el otro (el de Agus con un toque más matemático, diría)... Me gusta mucho la idea, os complementáis muy bien. Y de éste me ha encantado la ironía, especialmente en la última frase.
ResponderEliminarNo sé cómo estáis tan ocurrentes en lunes.
Abrazos.
Me has hecho sonreír. Y hoy me hacía falta.
ResponderEliminarGenial!!!
ResponderEliminarMe encanta este hermanamiento!!! Y lo bien que os lo habréis pasado con el arbolito de marras, la camisa de cuadros, el niño, la piedra y la puerta abre-cierra, cierra-abre.
Ahora, no puedo sino esperar Chimacuaya todos los lunes, je je
Abrazos desde uno de los lados del árbol
Vengo de Wínnappu y me encuentro en Chimbacuaya. Y ahora no sé si la piedra se abre-cierra o la puerta se lanza con niño o adulto, no sé, creo que esto de viajar entre mundos está aumentando mi masa sentimental. ¡Uy, que lío!
ResponderEliminarSaludos
Qué bueno, no había caído en la interactividad de los textos, es un ejercicio estupendo, que también se podía dar en los libros. Muy bueno.
ResponderEliminarBueno pues no sé cómo he aparecido aquí otra vez...este texto es de esos textos que apetece leer una y otra y otra vez.
ResponderEliminarAbrazos pues!!
Un árbol con un agujero de gusano... Puede que sea un manzano de indias. Hoy es un día grande en el micromultiverso, y con toda seguridad quedará señalado como el día del Hermanamiento.
ResponderEliminarInteligente, divertido y retorcido. Gran pedrada.
Vaya, pues yo no entiendo nada. Abro la puerta y zas!!, pedrada en un ojo. Cierro la puerta y zas!!!, niño volando. Eso sí, la camisa bonita, bonita.
ResponderEliminarAbrazos, desde el otro lado. Con chichón, niño llorando y camisa de cuadros.
Lola, seguro que sí. Si no, no sería un buen experimento. Wínnappu es tierra fértil en desbarres y agradecida en visitas.
ResponderEliminarPor cierto, ¿madrugas tanto, o siempre estás ayer?
Abrazo
Ro, adelante, pero recuerda que volverás por otra puerta.
Abraxo pues
Puck, el problema de tirar al niño es que luego sobra una piedra.
Susana, ya sabes que lo que se lleva es la fusión, y este Agus es así, ocurrente.
Abrazo
Araceli, me alegro de haberte servido, aunque preferiría que no hiciera falta.
Abrazo recio con muchas palmadas.
Anita, también nosotros lo hemos pasado muy bien, gracias. Agus es así, sabe hacer cosas abiertas y divertidas de detalles nimios. Chimbacuaya reposa, de momento, en la tapa de una carpeta con la fecha 2008. Yo no tengo la vitalidad y el cerebro de Agus, así que voy destinando allí cosas de vez en cuando. Los lunes son de Wínnappu.
Elysa, gracias por la visita. Cuidado, porque el viaje entre mundos es un estimulante bestial, y el fruto siempre es comestible.
Saludos
Manu, sí que es un buen ejercicio, divertido, y que puede tener como fin el destacar los nexos entre los textos, y los autores; que son la diversión, la necesidad de desahogo, de narración, de expresión...
Abrazo
Roxie, si has aparecido otra vez será porque alguien ha planchado la camisa, que en realidad no vale para nada si no hay tabaco en el bolsillo. Y esto no es una incitación a fumar, porque yo no fumo, aunque lo eche mucho de menos y considere que es el vicio por excelencia y la estupidez más fogosa y adictiva de todas cuantas este país de chichinabo no se atreve a quitarnos por miedo a perder dinero. ¿He dicho mierda?
Odysteus, gracias mil. Quién tuviera una casita del árbol en un manzano de indias... con todo lo que conlleva.
El día del hermanamiento suena chachi. Haremos banderitas.
Abrazo
Agus, tú ni caso. Hazte el loco. Más. Si la camisa te gusta, quédatela, y si te va grande me avisas, para que busque piedras de otro color.
Abrazo agradecido
Yo no quiero decir nada, pero por lo que he visto en su blog creo que Agus te está plagiando.
ResponderEliminarFer, al final tenía que pasar, Agus es como un pulpo arrojado desde un sexto piso. Se extiende, se extiende.
ResponderEliminarNo te preocupes. Hablaré con Gabriel.
Un abrazo
Agus.
Genial hermanamiento. Tronchante, surrealista... ferpecto.
ResponderEliminarTe dejo aquí mi sombrero.
Ahorita tiro la piedra para dejarle el suyo a Agus en la puerta que cierra si abre...
Besos payasos.
Claro, cuando uno se propone llegar a Wínnappu, uno ya sabe a qué va, con lo que, claro, la cosa se muestra desde la puerta misma y todo está bien, o sea bien.
ResponderEliminarAhora, las vergüenzas. Me da vergüenza reírme así. Me da vergüenza escribirlo. Y decírtelo. Una vez más.
Pedrada, abrazo, pedrada.
PABLO GONZ
Ojo, con la palabrita que me sale (parece que la has inventado tú: pituarid)
Kum, mil gracias. No me voy a quitar el sombrero ni para abrazarte. Por fin, mi propio sombrero; para llenar de canas...
ResponderEliminarPablo, lo bueno de Wínnappu es que está muy puertecido. Todo el mundo tiene su propio pomo y su propia llave.
Pedradas amistosísimas para tí y tus puertas.
Genial este experimento que os habéis cascado. Así da gusto, hombre. Para variar.
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