Humphrey Windeasy, como cada viernes, salió llorando de su casa. Esta vez lloraba diferente, pues su madre yacía muerta en la cocina, y su padre buscaba en el granero una cuerda resistente.
Las lágrimas empapaban el cuello de su camisa. A la altura del mercado de Chestonbury, vio como su padre, con treinta años menos, se acercaba sonriente. Humphrey tomó un ladrillo del suelo y mató a su joven padre. Corrió de vuelta a casa, con el cuello de la camisa seco y vio a su madre, felizmente soltera, saludando desde la ventana.
Malos tratos, complejo de Edipo y viaje en el tiempo en un mismo relato. Y todo ello perfectamente creíble.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo
Exquisito, Gabriel. La paradoja es perfecta, pero esta vez vas mucho más allá. Generalmente, en estos casos, los textos suelen estar huecos. Tú has escrito algo que rebosa emoción, dramatismo, también más allá de la forma que es simplemente espléndida. Me subyuga como consigues que todos golpeemos al unísono con el ladrillo al padre para salvarla a ella. Y de paso, liberar al protagonista del bucle. Insisto, exquisito.
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta que paradójicamente, mediante una paradoja temporal, el protagonista se libra de su "falso" padre. Muy bueno, Gabriel.
ResponderEliminarAbrazos.
Es una alegría volver a leerte, paisanu. Continuas con esa forma tan tuya de satisfacerme cada vez que te leo.
ResponderEliminarBlogsaludos
Un hurra para Humphrey. Siempre le digo a mi hijo: "todo joven bien nacido, en caso de ser necesario, debe vengar a su madre" ja ja
ResponderEliminarExcelentísima paradoja Gabriel
Un abrazo
Nos sorprendiste a todos y lo que es más, diste la oportunidad al niño de enmendar las cosas. Podía haberse quedado pasmado, sorbiendose las lágrimas, pero no, pasó a la acción y solucionó el problema.
ResponderEliminarPor cierto, ¿le acogio bien su madre soltera?, ¿qué edad tenía cuando llegó a casa?
Un beso.
Se auto suicido. Paradoja de tiempo, padre fiambre hijo no nato. Ja ja ja Estos líos temporales desde regreso al futuro me vuelve la cabeza como un cencerro.
ResponderEliminarMuy bien realizado este paso atrás en el tiempo. Con el relato, nos hemos visto conmovidos ante la adversidad del niño, y hemos aplaudido su acto valiente, sin darnos cuenta de que él se ha convertido en su padre, porque realmente se convirtió él en el asesino. Salvó a su madre condenándose a sí mismo. Pero claro, era difícil de explicar a la policia que aquel hombre dentro de unos años mataría a la madre, ¿quién le creería? Deducción: hizo lo único que podía hacer. Abrazos nocturnos
ResponderEliminarEstimado Propílogo,
ResponderEliminarMientras daba una vuelta por las calles de estos blogs tropecé casualmente, y con buena fortuna según me parece, con sus relatos. Espero que no le moleste si me acerco de vez en cuando a dar una vuelta.
Un abrazo
Octavius Bot
Creo que Humphrey Windeasy no es un niño, creo que tiene unos veintiocho años. Pese a que llore. Además ningún niño podría llamarse nunca Humphrey Windeasy. Así que, periódicamente, Humphrey salva a su madre de su padre matándolo, pero la vuelve a condenar enamorándose de ella y convirtiéndose en su padre que volverá a matar a su madre con lo que de nuevo saldrá de casa llorando y se matará a sí mismo. El problema es que esta situación que se prolonga ya desde hace siglos y siglos en un bucle sin fin está dejando el granero lleno de padres de Humphrey Windeasy que, pese a su empeño, son incapaces de encontrar una cuerda resistente.
ResponderEliminarBuff! Ya está. La culpa es tuya que empezaste.
Me ha recordado a "Rgereso al futuro", con aquella paradoja temporal que se producía cuando Michel J. Fox se ligaba a su propia madre y desaparecía de la foto. Me ha gustado tu linda paradoja temporal, dramática, tensa y con happy end. Un abrazo.
ResponderEliminarIMPRESIONANTE. Y el título con ese "linda" me parece el broche perfecto. Me ha encantado
ResponderEliminarSaludillos
Gabriel: olé. Cuando lo he leído no me he complicado con que él entonces no ha nacido, etc... me he limitado a disfrutarlo (mucho). Después he leído los comentarios y ya si entramos en paradojas y dificultades espacio temporales... uff, qué lío. Pero la literatura, creo, consiste en que el lector llegue y mientras lee se lo crea, y en tu relato todo eso se da a la perfección. Enhorabuena y besos
ResponderEliminarJo, qué bueno, Gabriel.
ResponderEliminarEs genial. Ahora a pensar de quién será él hijo.
Un abrazo.
Interesante, Vientofácil.
ResponderEliminarSaludos
Bea
Me ha encantado tu paradoja temporal.Pequeños saltos que hacen grandes diferencias.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBicefa: Gracias, se me apoderó el micro. Mi intención era centrarlo más en en la paradoja parricida.
ResponderEliminarAgus, mil gracias. El ladrillo es un arma muy liberadora.
David. Falso padre, cierto. ¿Entonces?
Adivín, lo mismo digo. Te leo, cómo no.
Patricia, qué cierto. Ahora entiendo lo de la crisis del ladrillo. Tanto prefabricado, tanto bestia, tan poco ladrillo...
Luisa, los niños pueden volverse adultos con un pestañeo. Es un momento terrible.
Manolo, no vas desencaminado.
Un abrazo
Maite, es verdad, hizo lo único que podía hacer. Pero luego volvió a casa.
Octavius, bienvenido. Será un honor que pase por aquí cuando quiera.
Jesus, qué bueno. La primera parte es cierta. Mi Humphrey no es un niño. El resto no lo tengo claro. Tu versión es muy buena. Pero tal vez él no sea su propio padre. Si vuelve a casa es porque existe, por tanto no ha matado a su padre. Aunque sea lo que sea que haya hecho rejuvenecer a su padre, ha podido deshacerse...
El detalle del enamoramiento es culpa mía. Debí darme cuenta de que las madres sólo saludan a los hijos cuando se van. Al llegar sólo saludan a los amados.
Manu, mil gracias. Me quedo con lo de dramática y tensa.
Abrazo
Puck, gracias. Linda es un adjetivo que deberíamos recuperar cuanto antes.
Saludos
Rocío, estoy de acuerdo contigo. Si se hace verosímil, está bien.
Tor, gracias. Eso pienso yo.
Bea, se me acaban los apellidos britrishílabos... help.
Araceli, muchas gracias. Si se pudieran elegir dos o tres altitos por cada vida...
Abrazo
He visto al niño caminar hacia atrás en este micro, para volver a casa mientras volvía en el tiempo.
ResponderEliminarMuy logrado.
La explicación de Jesus me ha gustado muchísimo... pero yo ya tenía mi idea.
Un abrazo
¡Simplemente genial! Me encanta la temática de las paradojas temporales, y has logrado crear una de manera sencilla y directa en unas pocas frases. ¡Buen trabajo! :)
ResponderEliminarMe encantó tu relato, tiene una gran fuerza dramática, nos atrapa desde el primer momento y no nos suelta hasta el final. Quién pudiera correr hacia atrás para arreglar el pasado, aunque eso a veces suponga matarse a uno mismo...
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