martes, 28 de diciembre de 2010

Ipalnemoani, aquél por quien vivimos

Dicen las noticias que han encontrado en Haifa unos antiguos manuscritos. En ellos se afirma que el arca de Noé, antes de encallar en el Ararat, chocó con una embarcación menor, que finalmente zozobró. A bordo, según se lee, viajaban entre nueve y quince parejas de humanos de varias razas. Pilotaba la nave un quetzalcóatl, que los iba a salvar de la extinción.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Bífidus

A Mamá le han hecho una resonancia. Está bien. Sólo querían saber qué tal va la serpiente que lleva dentro. Al parecer se la tragó cuando era niña, mientras dormía en el campo. El bicho mide ahora unos nueve metros y ha empezado a moverse más deprisa. Está inquieta. Dicen que con ese tamaño debería comer burros y cabras, pero Mamá no quiere.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Filandón, hijo del vendaval.

Hacía viento afuera. Un auténtico vendaval. Dentro de la casa, sin embargo, flotaban pesadas nubes de un aire caliente que olía a vino denso.

En el centro de la estancia, como hicieran las abuelas, encendió Urbico una hermosa lumbre; la avivaba Manuel con un palo largo. Junto al hogar, desordenadas, seis botellas, seis vasos, seis historias por contar, doce pies descalzos.


Será un cálido encuentro. Seguro.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Elipsis amiloidea
o -a la mierda, por favor-


Tal vez fueran los        , pero yo siempre pensé que eran las termitas. De noche, en aquel establo reformado, a los pies del Pirineo, se oían arañazos y          en la madera de las vigas. Eso es exactamente lo que ahora oigo aquí arriba; con la diferencia de que esto no es el techo, sino mi cabeza, y lo que se deshace es mi cerebro. En el suelo quedarán, como serrín, los restos de lo que olvido; que ahora son sólo palabras, pero que dentro de un tiempo –dicen- serán recuerdos, nombres, caras, funciones.

En resumen, me ha dicho el        que dentro de un par de años, alguien, que yo no reconoceré como mi propia hija, llorará mientras me limpia el barro de la cara en un parque desconocido a varios            de mi casa, seis o siete horas después de haberme extraviado; y yo sonreiré asustado.
Así que ahora, con permiso, cojo este         , aprieto el         y os dejo tranquilos. Muchas gracias.

Aloysius Marktbreit

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Homo hominis Canis lupus


Vuelvo a casa de noche.
Un perro cruza la calle con su dueño.
De la mano del dueño cuelga la correa.
De la boca del perro cuelga el dueño.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Extirpación del egocentrismo

Había en el colegio un muro de piedra. Del muro salía una manivela. Los pequeños pegábamos la cabeza al muro y girábamos la manivela. Y el mundo se movía. La prueba eran las nubes.

Todos los días había un niño haciendo girar la manivela, y mirando al cielo, sonriendo, satisfecho de que el mundo anduviera.

Un día alguien arrancó la manivela.

Así que debe de haber otras manivelas, menos mal.