El niño que ha venido esta mañana tiene bajo los ojos esa leve arruga que sólo poseen los miopes y los irónicos, como tú. Me ha llamado por mi nombre, y ha paseado por las habitaciones con la naturalidad de quien ya lo ha hecho antes. Ha pedido permiso, ha jugado con los puzzles sin apenas desordenar lo demás. Hacia las once se ha quitado los zapatos y los ha dejado juntos, apuntando a la pared, bajo el radiador.
Cuando vuelvas, esta noche, no te lo contaré.
El niño que ha venido esta mañana huele a ti con veinte años y me ha frotado la espalda para quitarme el lloro. Me ha preguntado si sigo enfermo de triste y si prefiero no verle más. Me ha dicho que trabaje, como tú, que mire menos veces por la ventana y que levante, por fin, sus fotos de la estantería.
Soberbio. Desgarrador hasta lo inaguantable. No diré mucho más. Excepto que me recuerda -si me lo permites y sin voluntad de autopublicitarme- a "Mi hermano pequeño" el micro con el que cerró el año 2010 mi blog. Quizás por eso me resulta tan sobrecogedor. Porque me toca algunas fibras profundas.
ResponderEliminarUn abrazo admirado, como siempre.
Me ha dejado triste...es muy díficil sobreponerse a veces, con cuanta ternura lo has escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarEs muy difícil llenar los huecos que no tienen fondo.
ResponderEliminarMuy triste y muy cercano. Se siente el dolor en tu relato.
Un abrazo
Te felicito, Gab, me has emocionado.
ResponderEliminarUn abrazo
Acojonante y acongojante. Me ha noqueado.
ResponderEliminarBesos calentitos.
Es un texto impresionante. Hay muchos pequeños momentos sublimes, pero sí me lo permites me quedo con ese “Cuando vuelvas, esta noche, no te lo contaré” y con ese "frotamiento" de espalda. Debe ser increíble que un fantasma o un muerto te frote la espalda y te consuele. Magnífico, Gabriel, magnífico.
ResponderEliminarAbrazos.
Me ha encantado. Triste y desgarrador.
ResponderEliminarExtraordinario
ResponderEliminarMe ha emocionado porque no lo esperaba.
Desgarradora muestra de la realidad de muchos.
Chapeau!!!
Relato desgarrador, emotivo y triste de verdad. Enhorabuena porque seguro que era lo que querías exprear y lo has conseguido.
ResponderEliminarUn saludo indio
Sentimiento en estado puro, lo has bordado y lo has hecho llegar al lector muy bien, es un relato desgarrador y continente de esa universalidad que tiene el ser común a los humanos. Un abrazo.
ResponderEliminarNo puedo añadir mucho a lo ya dicho. Es desgarrador. Qué microrrelato has escrito, Gabriel. Qué micro!
ResponderEliminarUn abrazo.
Uno de esos micros que emocionan, que te tocan por dentro. Es como un cortometraje, de hecho, creo que lo he visto proyectado en mi cabeza. Magnífico.
ResponderEliminarEmocionante, pero sobre todo, bien escrito.Muy buen micro, Gabriel.
ResponderEliminarAbrazos.
Otras, Gabriel; es tremendo. Durísimo. Cómo has pintado la falta de ese niño con las reacciones de toda la familia. Me quito la peluca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Demoledor. Creo que nos has dejado a todos tocados.
ResponderEliminarIván, recuerdo muy bien tu micro, que sí era realmente sobrecogedor. En éste no pretendía profundizar, sino más bien dibujar la imagen de cómo el padre identifica y se deja querer por el fantasma de su hijo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Artistalight, gracias, del fantasma de un hijo sólo se podría hablar con ternura.
Abrazo.
Bicefalepena, me alegro de que te parezca cercano. Ésa era la intención.
Abrazo de vuelta.
Tor, mil gracias. A veces salen cosas un poco más serias.
Abrazo.
Lola, tú si eres una experta en noquear. Gracias mi.
Abrazo.
Agus, analista de cabecera. Te agradezco que resaltes esas frases. A mí también me gustan. Ya te dije que la que parte el micro en dos fue una ocurrencia de última hora, para salvar la imagen de diálogo.
Abrazos agradecidos.
Lo, muchas gracias y bien hallada.
Patricia, muchas gracias. Qué buen feo adjetivo es desgarrador...
David, gracias. Pues sí, era la intención.
Maite, me alegra mucho que lo veas así. A veces hay escenas propias que uno no consigue hacer llegar fácilmente.
Abrazo.
Jesus, qué voy a decir. Un honor que te guste.
Otro abrazo.
Manu, coincidimos. Yo también lo vi en algún momento como un corto. Por las escenas claras y sin complicaciones, pero que pueden estar cargadas de significado...
David, se agradece. Éste fue un poco "en línea",como los tuyos, con prisa por salir.
Abrazos.
Alberto, un placer verte la calva. Abrazo de vuelta.
Araceli, gracias. Es un placer poder llegar hondo con la ficción. Ha sido un ejercicio curioso, no exento de dolor, porque imaginar también puede ser triste.
Abrazo
Muchas gracias por visitas y comentarios.
Es tremendo. Cuanta mierda se echa encima de los niños. Es como cortarles las alas. Buen micro Gabriel. Sugiere muchas cosas.
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