lunes, 14 de junio de 2010

Para qué sirve un hijo

Damián mantenía con su padre una relación bastante Kaspersky: Don Tomás sólo llamaba cuando le caducaba el antivirus.
Con sus hermanas la cosa era más Leroy Merlin, armarios, ventanas, taladrar...; aunque una de ellas, más sincera, también le quería muy SEUR.
Su madre, sin embargo, le sonreía y le miraba como a un hijo mientras hablaban de Mishima, de Chéjov y de Murakami.

8 comentarios:

  1. Vaya, al menos has dejado bien a la madre ;). Yo le compro libros de Murakami, que le gusta mucho, a mi hija, espero que eso contribuya a que mejoren nuestras relaciones, que a veces son un poco conflictivas.

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  2. Es lo que tiene ser multiusos. A mí eso no me pasaría. Si acaso te pido el teléfono de Damián.

    Un abrazo

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  3. jeje Me gustó, sobretodo por su originalidad. Nunca me había dado por pensar de esa manera en las relaciones padres-hijos... me dejas pensativo.

    Un saludo indio

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  4. Ingeniosa manera de entender las relaciones entre familiares, esto da para mucho...
    un saludo

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  5. Es lo que tienen las marcas, que nos marcan el día a día e incluso, las relaciones personales. Yo con mis amigos mantego una relación muy Mahou.

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  6. Igual hasta podríamos haber hecho un multianuncio, hablando de relaciones Mahou, conversaciones Blackberry, y abrazos trasnochados Beefeater.
    Gracias por las visitas.
    P.

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  7. Damián le hubiera perdonado a su madre la falta de cultura si le daba amor.
    Un abrazo

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  8. Relaciones de consumo. Son más frecuentes de lo que parece. Menos mal que cambiaste la inercia en la frase final.

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