Me regalaron una perra Rottweiler, grande y noble; dócil e incomprendida como un Frankenstein arrodillado. Creo que tenía dientes sólo por un compromiso filogenético adquirido.
Un día un tipo entró en la casa. Armado y violento, nos retuvo amenazados. La perra era tan buena que, al terminar, estuvo una hora lamiendo su mano. Parecía arrepentida, como queriendo resucitarlo.
Un día un tipo entró en la casa. Armado y violento, nos retuvo amenazados. La perra era tan buena que, al terminar, estuvo una hora lamiendo su mano. Parecía arrepentida, como queriendo resucitarlo.
Ostras Propílogo, me ha gustado mucho, me ha dejado un cosquilleo de no sé muy bien qué.
ResponderEliminarEstupendo.
Un abrazo
Muy bueno, Propílogo. Hasta la última línea creí que se trataba de la simple crítica (los perros peligrosos atacan a niños indefensos pero después son mansos con los asaltantes) y al final me diste la vuelta.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy buen giro final. Chapeau.
ResponderEliminarUn saludo indio
Estos son los microrrelatos que te encuentras de vez en cuando y los vuelves a leer y a leer. Maravillas escasas que le dan valor a este género. Felicidades. Una maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay micros que se dejan mimar. Éste tuvo varias longitudes y varios finales, y sólo fue constante el principio.
ResponderEliminarGracias a todos por las visitas y los elogios. Se lo merecía, la pobre perra.
Un saludo
P.
Siempre acabo viendo al ángel que vive en el alma del perro, y en un perro malo,no puedo evitar pensar que hubo un humano que lo maleó.
ResponderEliminarExtraña especie la del homo sapiens,con tantos rezagos del Neardenthal.
Vengan más de ésos buenos relatos.
En teoría, un perro podría ser tan estúpido como un ser humano. Aunque, dada la capacidad de raciocinio de los animales, sería dificil definir algo así. El problema está en poner de moda como animal de compañía a razas de perros cuyo ataque puede ser mortal. Ni los chihuahuas destripan niños ni la gente pasea por la calle sobre bulldozers de 15 toneladas... ¿Es un dragón de Komodo el lagarto ideal de compañía?
ResponderEliminarUn saludo, Carlos, comprensor de perros.
Otro buen micro, Propílogo. Suficientemente cerrado como para angustiar y suficientemente abierto como para dejar que el lector termine de construir la historia. O sea, un micro permeable.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por publicarlo.
PABLO GONZ
Muy, muy bueno el final. Me ha gustado un montón :)
ResponderEliminarRealmente bueno, Propílogo. Llevado con maestría. Un abrazo.
ResponderEliminarAsombrada por lo bien que lo haces, me acordé de una amiga que su perro, grande pero no rottweiler, no la defendió en un atraco, y desde entonces nunca fue tratado igual (de bien). Pero el final lo cambió todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Sorprendente final. Muy bueno.
ResponderEliminarEn el fondo, y en la sueprficie, son mucho mejores que nosotros.
ResponderEliminarMe gustó cómo lo remataste.
Saludos
Poético y duro, convinación poco frecuentada. Excelente giro final.
ResponderEliminar¡Excelente micro Propílogo!
ResponderEliminarSaludos!
Claudia, beinvenida, muchas gracias.
ResponderEliminarPatricia, Miguel, Su, Anita, Maite; gracias a vosotros, también. La ternura, la fuerza bruta, el arrepentimiento, pueden darse juntas. Y el final; el uso del verbo resucitar es un regalo del micro, porque te ahorra hablar de muerte, a la vez que la implica en el proceso.
Saludos a todos.
Hola Propílogo
ResponderEliminarQuería invitarte a que pases por mi blog y leas la narración homenaje a todos los compañeros de anónima: http://azullavable.blogspot.com/2010/10/ejercitando-la-derrota.html
Saludos
Julio
no me gustó mucho... sino demasiado
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