martes, 29 de junio de 2010

El orgullo de Bueno Wilson Ollacarizqueta

Hacía tiempo que Bueno Wilson Ollacarizqueta había decidido acabar con ella.
No pudo ser hasta una jornada después de que llegara el vapor, pues le traían un nuevo kyse, largo y afilado, pesado pero certero.
Volvió a casa desde el embarcadero poniendo a prueba el kyse, azotando ramas y cortando lianas, templando el tajo. Durmió en la jungla con el kyse envuelto en hojas de pindo, porque todos saben que el kyse para matar sólo se puede lavar con agua del río, y no quería cortarse y tener que volver atrás.
Llegó, por fin, cuando la tarde ahogaba los últimos rayos de Kuarahy tras los árboles altos donde viven los animales que ríen. Esperó fuera, oyendo cómo, dentro de la casa, Matilde Azcona Urbach trasteaba con la piedra de moler y cantaba algo de Zitarrosa.
En el rato en que se tarda en ordeñar seis cabras -si ninguna escapa- el silencio se apoderó del claro. Poco después, Matilde se durmió y retomó su leve ronquido de cada noche. Otro rato pasó, y se oyeron más ruidos en la casa. Bueno Wilson Ollacarizqueta empuñó el kyse y golpeó la puerta mientras gritaba “¡adiós, maldita!”.
Más tarde, arrodillado en el suelo junto a Matilde Azcona Urbach, recogía la arena manchada de sangre. Esa noche durmieron los dos tranquilos. Matilde, aliviada, porque los bichos muertos ya no matan. Bueno Wilson, orgulloso, salvado su honor, pues el yaguareté que mate a un cazador habrá de ser macho y feroz; no una hembra, por grande que sea.

4 comentarios:

  1. Wilson habrá de encantar a Matilde. Pero a mí me ha encantado el kyse.

    Blogsaludos

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  2. Aquí tenemos toda una mística dibujada, puerta de acceso a nuevos mundos (ignotos, claro). Esto es como tocar un instrumento al revés. No me suena mal. A mí esta nueva forma me pide una historia más larga.
    Un admirado abrazo,
    PABLO GONZ

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  3. Quiroga, Ribeyro, Gonz... algo me decía que después de 200 es mejor 3000 que 250...
    Mierda, mierda, relativa mierda. Volverá el kyse, largo y tendido.

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  4. Alguien tendría que estudiar la relación que existe entre atención humana y tiempo. Por ejemplo, ¿por qué los cortometrajes que mejor funcionan son de en torno a 10 minutos?, ¿por qué los largos suelen ser de dos horas?, ¿por qué las novelas rozan las doscientas páginas, mínimo?
    Un fuerte abrazo y mucha fuerza,
    PABLO GONZ

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