No es asunto de risa. A mí, al menos, no me hace gracia. Eran tres hermanas. La mayor, sincera, directa y ofensiva en el hablar, se llamaba Eufemia. La mediana, saltadora de pértiga y malabarista en sus ratos libres, se llamaba Ataxia. La pequeña, modelo de ropa deportiva y profesora de aeróbic, se llamaba Distrofia.
Su padre, como yo, fue un hombre culto, bebedor compulsivo que gozó de un dudoso buen humor. Así, en contra de lo que sus nombres pudieran sugerir, Eufemia, Ataxia y Distrofia no eran gordas, sino más bien flacas.
Su padre, como yo, fue un hombre culto, bebedor compulsivo que gozó de un dudoso buen humor. Así, en contra de lo que sus nombres pudieran sugerir, Eufemia, Ataxia y Distrofia no eran gordas, sino más bien flacas.
Te leo, Propílogo, y veo corriendo a un hermoso caballo. "¿Hacia dónde corre?" es mi pregunta.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Buena pregunta, Pablo.
ResponderEliminar¿Has visto Spirit? El caballo salta un enorme abismo y cae, sano y salvo, al otro lado.
Spirit era marrón.
Yo, como buen caballo blanco, salto pero no llego. Lo cual no es óbice para que salte con una enorme sonrisa, y caiga encantado de la vida muriéndome de risa.
He estado a punto de publicar la entrada seguida de un comentario pidiendo perdón por no haberme contenido. Me dejo arrastrar por mi profundo amor al humor absurdo.
Gracias por tu comentario, Pablo.
Un abrazo
P.
Chulo, chulo, chulo. Me han encantado los juegos de palabras. Y el título... muy bien elegido :)
ResponderEliminarEste lo añado a favoritos ^_^
Me alegro de que te haya gustado. Tenía mis dudas, porque del humor absurdo a la sensación de incoherencia hay un paso muy corto... Hasta la respuesta a Pablo me salió bastante absurda (perdón, Pablo).
ResponderEliminarÉste es uno de esos micros que divierte escribir.
Un saludo
P.
OK, Propílogo, ahora comprendo mejor tus intenciones literarias. Creo que así podré leerte de un modo más provechoso.
ResponderEliminarGracias por tu respuesta y un fuerte abrazo,
PABLO GONZ