miércoles, 26 de mayo de 2010

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La ingeniería del vending evoluciona paralela a como lo hace la arquitectura.
Voy a decirle algo que le hará más infeliz.
Han puesto en mi oficina una nueva máquina de comida. Es mucho más alta que la anterior. Así como los rascacielos son cada vez mucho mayores que los anteriores.
Las patatas que yo suelo comer están en la fila de arriba –en el último piso–. Pulso el 15 y observo los alambres girar sobre sí mismos. Y no quiero mirar, pero miro.
Antes las patatas simplemente caían. Ahora que están más altas –en el último piso– ya no se limitan a caer. Ahora saltan al vacío.
Haga lo que hace todo el mundo. Mire hacia otro lado.


5 comentarios:

  1. Hola Propílogo:

    Me gusta tu modo de ver las cosas. Me gusta la idea de que las chuches de las máquinas se lanzan al vacío en lugar de caer sumisas, como si tuvieran libre albedrío. Eso sí, creo que queda mejor sin las dos últimas frases.

    Un abrazo.

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  2. Hola, Jesus. Tienes que ver cómo caen las patatas. Da miedo. La caída de sus patatas... puede herir su sensibilidad...
    Lo escribí ayer, sin las dos últimas frases. Y hoy lo he retocado. Quería incidir en que si lo lees, y te das cuenta de que las patatas se suicidan cada mañana, deberías mirar para otro lado; porque yo no puedo.
    Supongo que el suicidio está suficientemente claro con el símil de los rascacielos, no sé.
    Agradezco tu consejo, y además lo comparto. Yo, en lo que me concierne, te aconsejo que compres cosas de las filas de abajo.
    Un abrazo.
    P.

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  3. te dejo el enlace del concurso:
    http://rafaelrlc.blogspot.com/2010/05/concurso-de-microrrelatos-para-bloggers.html

    luego me paso y te leo!

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  4. Jejeje... me ha gustado mucho lo de "saltar al vacío" :)

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  5. Maravillosa observación,y de amena descripción de los hechos.

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