Hacía viento afuera. Un auténtico vendaval. Dentro de la casa, sin embargo, flotaban pesadas nubes de un aire caliente que olía a vino denso.
En el centro de la estancia, como hicieran las abuelas, encendió Urbico una hermosa lumbre; la avivaba Manuel con un palo largo. Junto al hogar, desordenadas, seis botellas, seis vasos, seis historias por contar, doce pies descalzos.
Será un cálido encuentro. Seguro.
Buena manera de ir calentando el ambiente. Saludillos
ResponderEliminarTal y como lo describes Gabriel, pinta muy bien. Cerca de una lumbre todo puede ocurrir.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué bien lo has descrito, suena a leyenda, o más bien a tradición, yo creo que se va a convertir en una muy pronto.
ResponderEliminarMe ha encantado la calidez del relato y el homenaje a los creadores. Un abrazo fuerte.
Un camino que perfila cordilleras hasta el Pirineo y once miradas prendidas del viajero. Aprovechad. Los caminantes que vienen de lejos son mensajeros de los dioses.
ResponderEliminarGabriel de Biurrun cuenta.
PD. Gracias, Gabriel. Por el post, por tu presencia, por tu calor. Te esperamos allí. En presencia. Un lujo.
Qué bueno!!! Me encanta Gabriel, vaya calentamiento... y encima vas a ser de los presenciales... me muero de envidia!
ResponderEliminarEstaré allí con la ilusión.
Abrazos
Me sumo al comentario de Anita: mi corazón estará con ustedes.
ResponderEliminarBesos
Qué suerte poder estar ahí, al lado del fuego, contando cuentos, escuchando cuentos. Me arrimaré a ese fuego aunque sea en la distancia
ResponderEliminarHermoso texto Gabriel. Estoy deseando que todo sea favoarable. La nieve avisa su llegada, pero juntos haremos hoguera de palabras.
ResponderEliminarMañana va a ser un buen día. Aprenderé de filandones, conoceré gente de ésa envidiable a la que le rebosan ilusión e iniciativa, oiré música tradicional y folk y probablemente vea cómo se derrite la nieve alrededor de la más cálida y descomunal de las hogueras.
ResponderEliminarY todo eso, escuchando y leyendo. ¡Qué placer!
Saludos
El filandón fue, una vez más, la cosa mágica de sentirse en compañía, mientras fuera hace frio y es de noche.
ResponderEliminarMe encantó conocerte.
Saludos
Excelente micro el del filandón. Realmente fue un éxito y tuve la suerte de participar.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Un abrazo.
Fue mágico, es cierto. Hubo momentos, mientras veía a Alberto copiar y pegar los relatos, escuchaba los cuentos en directo, veía la actividad del chat... momentos en los que parecía que de verdad era una enorme reunión.
ResponderEliminarEncantado, igualmente, de haberte conocido, Francisco. Un abrazo.
Josef, muchas gracias. Voy a releer todos los micros con más tiempo, y volver a disfrutarlo todo en diferido. Un saludo
Gabriel
El filandón se alarga con los relatos y su recuerdo huele a lumbre y a calor.
ResponderEliminarEs un placer.
Un abrazo
Fue una gozada el filandón. Encantado de conocerte en imagen. A ver cuándo nos conocemos en persona.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
PABLO GONZ
Bicefalepena, cierto, se alarga. Todavía no he acabado de leer y comentar. Fue un gran placer.
ResponderEliminarPablo, encantado yo también. Fue bonito vivirlo allí, y poder saludar a Alberto, a Manolo y a un montón de gente entrañable que les rodea.
Nos conoceremos pronto, espero.
Abrazos
Gabriel
Me encantó el final con la enumeración. Muy buen aperitivo para lo que vino después.
ResponderEliminarAbrazos a pares.