The Red Ones |
-Fue un lío terrible –me dijo–. Algunos aún nos abrazábamos entre resbalones; luego nos agachamos a recoger las manos y a ordenarlas, pero no teníamos con qué cogerlas. Nos ayudó Julián, que se perdió el gol porque estaba en el baño...
–¿Y dónde están ahora las manos? –pregunté.
–Congeladas –dijo–, hasta que acabe el Tour.
Creo que la primera frase es atractiva. Aun así, el micro auténtico empieza en "No imaginaban", y acaba en "estaba en el baño..."
ResponderEliminarEsto es lo que llaman efectos colaterales, no? qué fuerte!!! me has dejado conmocionada.
ResponderEliminarLo mejor es lo de abrazarse aún entre resbalones.
Un abrazo desde Plutón lluvioso
Ayyyyy, qué repeluco, con este te has salido. Genial.
ResponderEliminarJejeje Propílogo. Sin embargo hay un detalle que me inquieta mucho en este micro, no sé si intencionado. La clientela es ayudada a beber al principio del micro; no tienen brazos para hacerlo solos. Sin embargo los brazos seccionados son quince. Esto me lleva a plantearme algunas preguntas: ¿alguien perdió sólo un brazo? ¿si fue así por qué no va al bar? ¿perdió sólo un brazo porque ya era manco? ¿Ysi así era cómo lo perdió? ¿Tal vez en el europeo? Y si conocía el riesgo que corrían todos por qué no avisó? ¿Prefería a todos mancos de ambas manos que ser él solo manco de una?
ResponderEliminarUn abrazo.
Brutal y gracioso, Propílogo. Me gustó y me hizo sonreír.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un humor muy macabro. Lo de abrazarse entre resbalones, una imagen memorable. Te ha quedado muy bien. Me gustó.
ResponderEliminarHubo un momento en el que casi estuve resbalando entre ellos, sacándoles las fotos para luego describirlas.
ResponderEliminarJesus, me alegra que te inquiete el detalle. Podría dejarlo aquí. ¿Qué te parece?
La verdad es que me pareció que el micro pedía detalles, así que pensé en un número, par, obviamente. Pero luego pensé que de obviamente nada, que está el mundo lleno de tullidos y de gente que celebra los goles con una sola mano. Por otro lado, haya o no una mano sin amputar, hacen falta más para recoger... bueno, bueno, qué cerdada. A quién se le habrá ocurrido...
Muy bueno, sí señor. Y el detalle de congelar las manos hasta que termine el Tour ya es la repera. Aunque lógico también: lo primero -o sea, ver el Tour- es lo primero. Ya irán luego a Urgencias.
ResponderEliminarAncha es la imaginación de Propílogo. ¡Salve! Me hiciste reír en mitad de esta tarde cenicienta e indigesta.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Oh, qué bueno!! Vengo de reírme de las calamidades de la nave de los locos y vuelvo a reírme con estos pobres tullidos... ¿Seré cruel?
ResponderEliminarLa imagen del futbolín no podía ser más apropiada.
Yo también me había hecho la misma inquietante pregunta, ¿por qué 15?
ResponderEliminarSeguramente el inspector Clouseau hubiera llegado a la conclusión de que la mano número dieciséis habría sido la que movía los hilos que precipitaban la trama. Encontrando a su dueño encontraría al culpable.
Buen micro. Se lee de un tirón y es muy divertido. Como siempre, ves el otro lado de las cosas. En este caso, el lado oscuro. Ah, y muy interesante el comentario de Jesús, sagaz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paseante, bienvenido. Por supuesto, lo primero es lo primero, una vez que el mal ya está hecho... Aunque durante el Tour yo haya dormido mis mejores siestas.
ResponderEliminarPablo, pensé un rato en tu ventilador con alma de reloj.
Pedro, gigantero, lo de la Nave no tiene nombre...
Mano invisible gijonesa, en un bar en el que pasan esas cosas, la mano que falta tal vez estuviera dándole a la manivela que movía el ventilador (muy fuerte, eso sí), o buscando alguna cartera... No sólo los finales pueden ser abiertos. A veces la historia te regala un fleco, un jirón que no compromete el desenlace, y que se puede aprovechar para entretener.
Gracias, Agus. Me alegra encontrar el lado entretenido, como en la canción de los Monty Python. Y qué decir de Jesus, el analista que cualquier escritor quisiera tener al lado; si no fuera porque él es un pedazo de escritor, que haría sombra a cualquier escritor... Yo, si pudiera, le mandaría siempre todo a Jesus antes de publicar.
Emociones fuertes hacen perder la cabeza, pero los brazos... Eso es nuevo.
ResponderEliminarComo ya dije, siento debilidad por el humor negro y este es alquitrán puro con flecos y todo. Fantástico.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola
ResponderEliminarHe llegado hasta tu blog gracias a una entrada de Acuática que te recomendaba :)
Me he divertido leyendo el micro, y también los comentarios de tus seguidores… yo no había prestado atención al número de brazos cercenados -_-U
Y puestos a leer e seguido con algunas entradas antiguas. “Scusi” me ha parecido redondo y con “Wurlington interpreta los sueños” he recordado unas vacaciones con mis primos en La Manga n_n
Geniales microrrelatos. Te seguiré.
Hasta pronto.
P.S.: Por si te pasas por mi blog avisar, como suelo hacer en estos casos, que no encontrarás muchos relatos -actualmente tres… aún es un blog joven-. Pero si te apetece, leeré encantado las críticas y consejos que me puedas dar :)
Hola de nuevo...
ResponderEliminarErrata al teclear comentario... ups.
Rectifico que queda feo en un blog de microrrelatos: "Y puestos a leer he seguido"
Hasta pronto.
Pues a pesar de lo que cuentas a mí me has hecho reír así que misión cumplida.
ResponderEliminarSi te digo la verdad siempre he tenido pensamientos similares con ese tipo de ventiladores. Deberían estar prohibidos, y lo digo sin coña.
Saludos