Esto no es un micro
ni es un romance ni un verso (Silvio)
No es un micro -digo- porque los viernes son para otra cosa, la que sea. O no.
Perdón, a todos, por no comentar en vuestros blogs, me desborda, y últimamente tengo mucho trabajo, del ineludible, del no procrastinable, del de verdad.
Gracias, Pablo, porque tu texto de hoy me ha hecho una tremenda ilusión. Nunca me había visto merecedor de un micro. Y si Pi é 3.141592, e é 2.718281.
Fíjate, que a pesar de ser contrario al autobombo, me ha hecho también mucha ilusión un accésit en el Certamen de Historias sobre el Cerebro, que organizaba la SEN. Un cuento, no un micro. Va por mis neurocolegas de Göttingen. Y fíjate que hoy he comprado Relatos en Cadena III, con un maravilloso prólogo de Uma Thurman. Gracias, Uma.
Un garbanzo. Sin desbarres no soy yo, así que ahí va mi escatolohistoria real del día en que Pablo me regaló un micro.
Pañal
Hoy es el primer día de mi hija sin pañal.
Acabo de encontrar un garbanzo en el suelo. Estaba usado.
Por favor, Gabriel, aún no puedo parar de reir, desde el título, hasta que he ido desgranando, o mejor desgarbanzando, cada una de ellas, ha sido un "in crecendo". El depósito de tu hija, a pesar de lo escatológico, ha tenido que ser un momentazo, ya sin pañal!!! qué mayor!! :-D
ResponderEliminarEntiendo lo del tiempo, a mí cada vez se me estrecha más el cerco también, y lo siento como acechante, diciéndome, me termino, me termino, y no tengo más remedio que dormir un poco.
Besos y enhorabuena por el homenaje de Pablo y por el accésit.
No te disculpes, Gabriel, creo que a todos nos pasa parecido.
ResponderEliminarPablo es un tipo generoso donde los haya y tú un tipo homenajeable donde los haya, así que el matrimonio es perfecto.
Enhorabuena por el accésit, me encantaría leerlo, y por ReC III, ¡qué miserables los de Alfaguara, por cierto!
Veo que la peque va creciendo, aunque se le caigan garbancitos de vez en cuando, angelito.
Abrazos grandes.
Enhorabuena Gabriel: por tener un amigo como Pablo, por el accésit, pot tu niña ...ya tan crecida!
ResponderEliminarPor cierto: lo del garbanzo, imperdible.
Un abrazo
Gabriel:
ResponderEliminar-Relax.
-No es para menos que te haga ilusión. ¡Menudo orgullo!
-Enhorabuena de nuevo por el premio. Yo también compré hoy el libro de ReC.
-Tengo historias bastante divertidas sobre orinales relacionadas con mi hermana pequeña. Te las cuento cuando nos veamos.
¡Buen fin de semana!
:)
Yo creo que tampoco doy para más y voy a "abandonarme" unos días a cambio de trabajar un poco más y mejor.
ResponderEliminarY más teniendo hijos que se le caen garbanzos, de esas cosas hay que estar pendiente y viviendo y disfrutando...
Enhorabuena, eres muy grande Gabriel (te llamas como mi abuelo)
Abrazos
Gabriel, yo no acepto tu perdón porque como dice Jesus no ha lugar. Enhorabuena por la distinción del cuento y por estar, otro año más, en el libro de Rec. Yo tengo un peque que ahora empieza a andar, supongo pues la ilusión que debe hacer recoger ese primer garbanzo atómico. Siempre, escribas lo que escribas, es un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues que te comprendo por completo(qué te voy a decir yo, que me agobio)en todos y cada uno de los puntos que enumeras.
ResponderEliminarQue también paso de autobombo pero que hay pequeñas alegrías e ilusiones que podemos compartir con los compas de viaje.
Que sigas desbarrando, o sea siendo tú y que recuerdo cuando le quité el pañal a una de las peques que tiraba las bragas directamente a la basura:DDDD y con esa elipsis lo digo todo.
Y que escribamos menos para escribir más como decía Elena Casero.
Un abrazo pues!!!
El perdón, innecesario, bastantes obligaciones tenemos ya para crearnos otras nuevas.
ResponderEliminarEnhorabuena, por el texto de Pablo, por el premio, por la publicación y por la retirada de pañales, me recuerda a Peter Pan: "Los dos años son el principio del fin" Sniff. :)
¿Hoy es viernes?
ResponderEliminar!jesús, qué lento pasa el tiempo! voy a investigar en el blog de Pablo a ver de qué va todo esto, estoy más perdido que un pamplonica en valladolid...
Hoy leo esto tuyo, Gabriel, primero el primer punto, con la misma sensación de falta de tiempo para comentar, para seguir, para hacer. Saturado, en definitiva. Pero luego veo los dos siguientes y quizá, que en fin, que sí, que tal vez merezca la pena todo esto, apurar al tiempo, comérselo. Y con los dos últimos qué te voy a decir, las cosas que hacemos en cierta manera nos sobreviven y es nuestro triunfo contra el tiempo. Y ahí lo tienes, en forma de garbanzo, aunque parezca pequeño, aunque parezca una mierda. Merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo, Gabriel. Yo también desbarro un poquito...
Un nuevo abrazo, Gabriel, aunque llegue un poco tarde por estos lares.
ResponderEliminarTambién a los comentaristas de este.
¡Viva la literatura!
PABLO GONZ
PD.: Inolvidable la imagen del garbanzo.
Ando un poco perdido, entraré en el blog de Pablo a investigar. Y por cierto, tu garbanzo ya se ha convertido en un clásico. Yo estoy temiendo el momento en el que le tenga que quitar los pañales al mío, y ya queda poquito...
ResponderEliminarNiños con pañales...¡Pero qué jóvenes sois todos!
ResponderEliminarCreo que tu garbanzo dará mucho que hablar.
Maite, en parte me alegro de leer que a todos nos pasa parecido. Confío en que todos asumimos que nos leen, aunque a veces no nos comenten. Gracias.
ResponderEliminarJesus, gracias por leer. Miserables, no sé; tal vez no han tenido en cuenta que a veces está muy bien tener un detalle.
Patricia, espero que lo del garbanzo no vaya muy lejos. Dentro de unos años mi hija tendrá su pudor, digo yo.
Marina, cuenta, cuenta. Estaría bien un Tratado de Escatología Moderada...
Anita, yo pensé en escribir un "estaisus quietos", en pedir una pausa, porque la verdad es que me da mucha rabia pensar que se me están escapando un montón de vuestros micros...
Agus, gracias mil. Mi último libro de ReC. Bien chulo. Valor con el crío. Te reirás, eso seguro.
Ro, gracias, también, por leer. Entre el autobombo y compartir las alegrías hay una fina línea que deberíamos pisar con zapatillas anchas, con sinceridad y campechanía.
Las elipsis inodoras son literariamente higiénicas.
Elisa, gracias. ¿Principio del fin? Tal vez, no sé. No querré verlo, seguro. Me centro en disfrutarlos cada momento.
Odys, Valladolid, gran ciudad helada. Comilona de lechal, buenos y grandes amigos, partida de mus en una especie de geriátrico subterráneo... y espectacular concierto del amigo Cullum, que tocó para pocos, pero como si tocara para cientos de miles. Peor para los que no fueron, nos tocó a más arte por cabeza.
Alberto, por supuesto que merece la pena. Lo importante es no dudarlo.
Pablo, ¡viva!. Y vivan los grandes soportes de la literatura, como tú y otros muchos que andan por aquí.
Manu, valor. Paciencia, cajón de arriba, esponja y un fin de semana largo.
Araceli, gracias por venir. Es que en este mundo de becas hasta los 30, es dificil ser joven con menos años.