Paseando con Wurlington por unos campos cercanos reconocí no haber leído El Quijote. Él no le dio importancia, como a muchas otras cosas importantes. Quedó, sin embargo, observando los enormes molinos blancos que nos han ido creciendo como descomunales setas paradójicamente energéticas.
-¿Sabes con qué hago yo aspavientos? –me dijo-. Con las fotos en internet. Con lo que significan, con lo que quieren significar. Te diré una cosa: Hay hombres que retratan su rostro desde abajo, y mujeres que lo retratan desde arriba. El resto, sencillamente, se fotografían.
Sensacional paranoia. Se lo voy a pasar a un par de amigos fotógrafos (amateurs pero sensibles con el alma de la gente), seguro que les va a encantar.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta la metáfora! Y la idea de las fotos... pufff, genial, para leer una y otra vez. Tiene mucha miga.
ResponderEliminarAbrazos
No acabo de pillar muy bien el sentido último, pero me recordó una cosa que estudiamos en la universidad, muy valleinclanesca. Los personajes, vistos desde abajo, son los héroes clásicos. Los personajes, vistos de frente, son los personajes del realismo. Y los personajes, vistos desde arriba, se caricaturizan, nos dan como resultado la parodia del héroe, el (anti)héroe moderno.
ResponderEliminarUn abrazo, Gabriel.
Lo siento, Gabriel, me arriesgaré a parecer tonto, pero no lo pillo; claro que si se pillara fácilmente sería una birria de paranoia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta saber que sigues en tu línea.
ResponderEliminarBlogsaludos
Yo soy un tío fácil de entender. El que es un bicho raro es Wurlington, obviamente.
ResponderEliminarEl origen de la paranoia está, efectivamente, en las fotos que se ven en internet, y en que muchas tienen un punto de vista que da mucho que pensar, y que ya cita Víctor.
No deja de ser un comentario algo insolente, por inflexible y tendencioso, así que se le ha ocurrido a Wurlington.
El resto, o sea la introducción, no es más que un juego de palabras visual entre actitudes quijotescas, molinos y aspavientos.
Lo dicho, paranoias y desahogos.
Saludos sin medicar.
G.
Gabriel, tu no me ves, pero ahora mismo estoy de pie, delante del ordenador, aplaudiendo a rabiar.
ResponderEliminarMagnífico, excelente. Es de esos textos mágicos que me entusiasman, sin llegar a comprender por completo el porqué. Eso sí, está escrito a la perfección.
En fin, te dejo, el vecino me está mirando como si estuviera loco. Chapéau!
Un abrazo.
Yo la ironía y el juego con los molinos, las granjas eólicas, las aspas, el viento , los aspavientos lo he pillado pero me he perdido en lo de las fotos, lo reconozco. Le buscaba el enlace con lo anterior y me liaba. Sabiendo que todo es culpa de Wurlington y sus rarezas me quedo más tranquila aunque confusa...me tengo que fijar en lo de las fotografías.
ResponderEliminarSaludín
Me ha gustado el juego de palabras de aspavientos (es de lo más ingenioso), pero no termina de convercerme lo de las fotografías. Me ha sacado completamente de la historia... :(
ResponderEliminarUn saludo
:)
Pues yo no lo entiendo y no puedo dejar de leerlo. Está muy bien escrito, está completo, tiene todo para enganchar y la resolución pues, o yo no la entiendo o es surrealista o lo que sea. Lo cierto es que me hipnotiza. Me engancha, así que algo has hecho bien y yo no lo alcanzo a ver. Como los trucos de los magos.
ResponderEliminarBravo, Gabriel.
Este Wurlington me suena de algún que otro relato tuyo... ¿Se trata de algún personaje recurrente en tus micros?
ResponderEliminarPor otra parte, hace tiempo que me había fijado en que, muchas mujeres, cuando se sacan una foto para colgarla en internet, muchas mujeres lo hacen estirando el brazo hacia arriba, de tal forma que uno también las ve desde arriba. En cambio hay bastantes hombres que suelen retratarse mirando hacia abajo.
Cada loco con su tema. El micro, como la vida misma, no tiene por qué tener sentido.
Agus, me guardo tu comentario. Tu vecino... ¿el que todos conocemos?
ResponderEliminarRo, enlace, enlace no hay. Digamos que está "hilado". Lo de las fotografías creo que no es una rareza de Wurlington. Supongo que lo verás.
Marina, gracias. He buscado el origen de la palabra aspavientos. Lo que he leído afirma que proviene de espavento y, a su vez, del italiano spavento (espanto).
Alberto, ¿engancha? No sé. La última frase tiene un algo de la de Bertold Brecht.
Creo que lo que he hecho mal ha sido querer presentar el segundo párrafo con un primero que no está directamente relacionado. Está enlazado, porque hablo de Wurlington, y es la introducción al aspaviento; pero probablemente despista.
Si el micro fuera sólo el segundo párrafo, no sería micro. Sería una ocurrencia, un comentario..., pero no un micro.
Si la ocurrencia sólo fuera el segundo párrafo probablemente estaría más clara la diferencia entre una fotografía y un retrato; probablemente aguien habría imaginado retratos desde arriba y desde abajo (Víctor lo ha hecho).
Para mí, no sé por qué, este texto tiene algo de hipnótico. Por si acaso, no recomiento leerlo más de doce veces si vais a conducir maquinaria pesada.
Saludos descontentos y agradecidos.
G.
Alberto, me has pillado escribiendo y sin papel. Me alegra ver que tú también has fisto las fotos.
ResponderEliminar¿Es posible que nosotros veamos escotes y ellas sólo vean los pelos de la nariz?
pues lo de los escotes ya lo había pensado, pero me dio corte decirlo. Además, es complicado, porque las que se sacan las fotos son ellas. Es decir, que a mí me gustaría sacarles siempre fotos desde arriba, pero son ellas quienes se las sacan. Las fotos, digo, desde arriba. O sea, que están interpretando correctamente lo que nosotros haríamos si estuviéramos sacándoles las fotos, y obran en consecuencia.
ResponderEliminarEs la ley del reclamo.
Sí y otros se retocan con PhotoShop... Eso no son aspavientos, son espatapajaros disfrazados de gloria... La caspa la esconden.
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