Cranes at sunset |
Esta mañana he mirado por la ventana. He contado ocho grúas trabajando, girando ese enorme cuello horizontal del que cuelgan tuberías, palés con ladrillos...
De pronto se han detenido. Todas han dirigido su morro hacia mi ventana. Una de ellas, la azul, ha inclinado la punta a un lado, como un animal curioso, vigilándome. Luego han empezado a moverse, la azul en cabeza, las amarillas detrás. Han ido hacia ese campo de trigo. Allí se están reuniendo, llegan de todos lados. Hay varios cientos. Viran sus cabezas y cuchichean. Luego miran hacia mi ventana. Vendrán. Seguro.
No les des ideas que estamos en franca minoría...
ResponderEliminarMenuda invasión, aunque ahora con la crisis quizá se frene.
ResponderEliminarUn saludo indio
Propílogo, tienes un don para dar la vuelta a la realidad... ¿grúas-jirafa? ¡Qué idea más chula!
ResponderEliminar^_^
Un excelente micro, Propílogo. Muy de tu estilo desbarrado pero con un sentido del misterio que le sirve de fondo. También leo, entre líneas, cierta crítica social (por todo aquello del boom de la construcción). Lo apunto para saborearlo con más cuidado.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Sospechan que tú sospechas... Que no sepan que tú ya sabes...
ResponderEliminarCamina con la mirada baja...
La verdad está allá arriba...
¡Me gustó mUCHo el micro, el símil y el suspenso...! :]
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Sopecho que tu sospechas que UCH se ha convertido en una de esas jirafas, justo virando su cabeza desde el trigal del Internet...
ResponderEliminarSorprendente y plástico. Muy bueno.
ResponderEliminarEl otro día me compré un librito de cuentos de un autor británico que se llama Saki (editorial Anagrama). Por si no lo conoces. Creo que podría gustarte.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Avisa a las jirafas que han llamado a los leones y estos han empezado raudos su baile antes de la cena.
ResponderEliminarBlogsaludos
Viendo la recomendación de Pablo (aunque no era para mi jeje), busqué en Internet y encontré estos cuentos aquí:
ResponderEliminarhttp://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/saki/saki.htm
¡Excelentes! ¡Gracias Pablo por la recomendación!
¡mUCHos salUCHos! :]
Me he visto obligado a cerrar la persiana, porque de verdad vienen.
ResponderEliminarGracias por los comentarios. Ojalá cada grúa que veáis a partir de ahora merezca un reojo por si acaso.
Pablo, te lo comenté en otro post cuando hablabas de Dickens. Saki es impresionante. Hace un año que lo descubrí, y es la mejor relectura que existe. Tengo en el blogroll el enlace al blog de su principal traductor. Merece visita.
Mis recientes personajes británicos trisílabos son un abierto homenaje a Saki.
Un abrazo a todos.
P.
Lo que es mi cabeza de chorlito, Propílogo, perdona. Con razón me preguntaba yo el otro día en la librería, ¿de qué me suena a mí este Saki? Bueno, estoy en su lectura y disfrutando bastante (es como un nieto de Dickens, un Cervantes inglés o un Balzac descontrolado). Gracias por recomendársela a mi subconsciente. Él se encarga, luego, de recordarme las cosas importantes, como ves.
ResponderEliminarA Héctor Ugalde: gracias por el dato, señor.
Abrazos a los dos,
PABLO GONZ
Felicidades por el texto. Me ha gustado mucho la comparación y siempe queda resolver el tema de la reunión.
ResponderEliminarComienzo suave que va alcanzando tensión hasta llegar a ese punto final tan inquietante. Un puntazo.
ResponderEliminarMuy bien llevado, Propílogo, en todo momento se paladea el misterio. Me gustó mucho. ¿Te has basado en las pesadillas que tienen muchos constructores ultimamente?
ResponderEliminarUn saludo
Lamento no poder ser un poco más místico. La verdad es que miré por la ventana y vi las grúas.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
P.
No puedo soltar a Saki, ¡qué genio!
ResponderEliminarMe alegro mucho, Pablo. Es uno de esos grandes tristes hallazgos, porque me temo que todo lo que le leamos se acaba pronto, como Roald Dahl. Puñetera gente brillante incapaz de vivir dos o tres siglos...
ResponderEliminarUn abrazo.
P.
Te equivocas Propílogo. Roald Dahl seguirá vivo unos cuantos siglos más...
ResponderEliminarMe encanta el micro y punto. Es de esos micros-imagen y tan inquietante como una pesadilla.
ResponderEliminarUn saludo
R.A.