Creen que es alergia, pero es amor. Mamá está preocupada. Ya no sabe si son las camisas, la lactosa o el centeno. El director y los otros me miran como si me fuera a morir en cualquier momento, y ninguno quiere estar delante cuando ocurra.
A mi me da igual, porque, a eso de las once, jadeo un poco y toso con un ruido como de arrastrar sillas. Abren la ventana de clase para que respire. Saco la cabeza y te veo venir por la calle Bergamín, con tu falda de cuadros y los calcetines caídos.
¡Qué buen jarabe, tu sonrisa!
Fresca, brillante, antihistamínica.
A mi me da igual, porque, a eso de las once, jadeo un poco y toso con un ruido como de arrastrar sillas. Abren la ventana de clase para que respire. Saco la cabeza y te veo venir por la calle Bergamín, con tu falda de cuadros y los calcetines caídos.
¡Qué buen jarabe, tu sonrisa!
Fresca, brillante, antihistamínica.
Me gustó el texto, Propílogo. Sin embargo, no me convenció el título, mezcla de amor platónico y medicamento en serie, ni las dos frases finales. En mi opinión, mejora si lo terminas en "... calcetines caídos". Lo demás, se sobreentiende.
ResponderEliminarUn saludo.
No sé si el enamoramiento es la causa o la cura de los síntomas, pero al final lo envuelve todo.
ResponderEliminarMe trae recuerdos del colegio, en que enfermaba de amor, y con qué gusto!
De banda sonora al micro le pondría "la de la mochila azul"
Abrazos
Uy, me suena...jijijiji :P
ResponderEliminarCoincido con Víctor en ambas apreciaciones. El título es demasiado técnico para mi gusto. La frase final significa una invasión del ámbito del lector. Dicho de otro modo, trata de dirigir su sentimiento.
ResponderEliminarLo demás, como siempre, en su sitio y con su gracia natural. Muy vivo el muchacho.
Un abrazo,
PABLO GONZ
Coincido en lo del final, lo demás es espléndido este micro, me encanta. En cuanto al título prefiero callarme porque bastante tengo con titular los míos.
ResponderEliminarUn microrrelato enorme Propílogo.
Un abrazo
Discrepo, me encantan el título y las frases finales (será porque soy alérgica, adicta a los antihistamínicos y al amor), me parece que dan un contrapunto humorístico y algo distanciador al tema del amor adolescente. Desde que lo leí, fue de los primeros de esta temporada, me pareció un micro magnífico. Mis felicitaciones al autor, que entonces para mí era sólo un nombre y ahora es un escritor del que disfruto periódicamente.
ResponderEliminarYo estoy con Elisa. Es más, ese golpe antihistamínico final es lo que más me gusta del micro. Va cargado de malicia y deja el aguijón microcuentístico bien alto.
ResponderEliminarAbrazos.
Pues a mí parece una suerte de haibun estupendo. Comunión de la prosa con los dos versos finales. Una balanza donde la atención tiene que estar en el fiel y no en los platos. Bravo, Propílogo.
ResponderEliminarUn saludo.
No soy bueno con los títulos, lo reconozco. De hecho, cuando, leyendo vuestros blogs, veo algún elogio acerca de un título, tengo que volver atrás para releer y daros la razón. Le puse al título nombre de jarabe porque hace treinta años que memorizo nombres de medicinas, no sé por qué. Y tenía que ser un jarabe para la alergia, obviamente.
ResponderEliminarComo lección para mí mismo, os lanzo la propuesta de titular el micro.
Creo que no cambiaría el final por nada. Poder llamar antihistamínica a una sonrisa, y que se entienda, y que se haga evidente... eso me parece un regalo consecuencia de la primera frase.
Gracias a todos por la discusión, especialmente a Víctor por iniciarla. Si no, corremos el riesgo de volvermos un poco blandos y ayudarnos poco.
A mi me parece un micro magnífico, me ha llevado por sus letras con una sonrisa. Es un texto amable (nunca mejor dicho) con una prosa muy buena. Lo más flojo, el título, pero eso también es mi asignatura pendiente (junto con alguna otra)
ResponderEliminarYo vivo en la calle Bergamín. :-) ¿Jesuitas?
ResponderEliminarEl amor es el mejor antidoto de todos. Y si es platónico, por lo menos a esas edades se vuelve algo maravilloso.
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