Dejó sobre la mesa su cerveza sin terminar y salió del bar. Al final de la calle el cielo extendía ese color violáceo que se difumina con precisión hasta el negro tranquilo. No se parecía en nada al violento horizonte anaranjado que hay después de los funerales.
Contuvo la respiración y jugó con el libro que tenía en la mano. Dijo –b i e n- y comenzó a soplar lentamente. De su boca brotaron domingos de madrugada, correcciones, noches largas y pantallas de ordenador; páginas desordenadas y un corrector de Word, listas de editoriales y esperas inconclusas, sobres pesados, espirales de alambre y resguardos de envíos certificados; tres disgustos, noventa grapas, un disco duro y la tarifa plana.
Después de cuatro minutos exhalando incómodos lastres, todavía gotearon de sus labios un calcetín roto y unos trozos de uña.
Luego, despacio, cerró la boca y volvió a mirar bien lejos. Las aletas de su nariz se abrieron e inspiró. En una cascada helicoidal absurda de objetos brillantes se ordenaron enhorabuenas, palmadas en la espalda, llamadas, mensajes, reseñas, iesebeenes y un editor; fractales, vías lácteas, tres millones de risas, un centauro, una elipsis, otros mundos y una satisfacción así de grande. Y al final de toda esa descomunal esnifada alegre, vinieron, a su aire, varios miles de ojos lectores y sonrisas encantadas.
Buenoooo si al final voy a emocionarme antes de tiempo. Gab, Txiki no sé qué decir y es cierto, ya tú sabes....
ResponderEliminarAbrazo de esos de hala pues...
Pa llorar, ciertamente. Qué detalle, no falta señorío en Pamplona, ni altura de miras, ni rusos que pongan ventanas.
ResponderEliminarGrandes, los dos.
Abrazos.
Desde luego yo estaría muy contenta.
ResponderEliminarUn abrazo diáfano
Gran, gran homenaje. Y más que merecido. Como también dijo Jesus Esnaola en su blog, todos los que seguimos a Rosana hemos sentido este gran día un poco nuestro. Ojalá hubiera podido estar allí. Ojalá haga una presentación en Barcelona y entonces sí que ya no tendré ninguna excusa para no ir. Ojalá que hoy solo sea el inicio de otras muchas satisfacciones. Ojalá. Todo eso y más.
ResponderEliminarEnhorabuena desde aquí también a Rosana. De nuevo. Y una entrega de cráneo al señor navarro del detallazo.
Abrazos a ambos. Y a Agus y a Gemma.
Como paso tarde (para variar), doy por hecho que llego con el augurio cumplido.
ResponderEliminarUna entrada preciosa. Besos a los dos.