Trácese una sonrisa
mermada,
despacio,
con un rotulador
Carioca
de punta despeinada;
un milagro de tinta vieja.
Se añaden unos dientes
bonitos,
de brillo innecesario
bajo las mantas arrugadas
de unos labios en desuso.
Se cincela una nariz.
No es fácil;
huesuda,
importante y articulada.
Que no sea holandesa,
altiva e impertinente.
Se arranca uno
los ojos
con la cucharilla del jarabe
y los pega en el papel.
Se ofrece el retrato
al doctor
y se le dice
con toda sinceridad:
Así era mi mamá,
qué le voy a contar.
mermada,
despacio,
con un rotulador
Carioca
de punta despeinada;
un milagro de tinta vieja.
Se añaden unos dientes
bonitos,
de brillo innecesario
bajo las mantas arrugadas
de unos labios en desuso.
Se cincela una nariz.
No es fácil;
huesuda,
importante y articulada.
Que no sea holandesa,
altiva e impertinente.
Se arranca uno
los ojos
con la cucharilla del jarabe
y los pega en el papel.
Se ofrece el retrato
al doctor
y se le dice
con toda sinceridad:
Así era mi mamá,
qué le voy a contar.
Descomunal, Propílogo. Conmovedor, evocador y descomunal, repito. El rotulador Carioca, la sonrisa en desuso y los ojos arrancados con la cucharilla del jarabe... insuperables. Qué monumento.
ResponderEliminarTe envidio con todas mis tripas.
Me uno al comentario de Susana...
ResponderEliminarSaludos desde el aire
Casi lloro, pero no tenía ojos, ya.
ResponderEliminarExquisito.
Abrazos.
Gabriel, te mueves en otro registro. Me refiero a ese registro que solo alcanzan los privilegiados. No solo por la calidad de lo que escribes, sino por esa personalidad arrolladora de los textos. No me da la sensación de que se parezca a nada de lo que se publica en la red. Y ese mecanismo maestro que te hace ir de lo aparentemente frívolo a lo descarnado, esa mezcla de asepsia y vísceras, hacen que cada una de tus piezas sea una pieza diferente. Única, diría.
ResponderEliminarComo diría Pablo: me quito el cráneo y lo pongo a sus pies.
Abrazos.
El ritmo, el ritmo... Nada más importa. Ahora o aquí.
ResponderEliminarQue pequeño me siento...
ResponderEliminar¡qué envidia¡
ResponderEliminarMe ha encantado.
Es estupendo. Enhorabuena, Gabriel.
ResponderEliminarAbrazos!
Susana, mil gracias. Cuánto dan de sí unas buenas tripas.
ResponderEliminarRosa, muchas gracias también.
Agus, te presto los míos, lubricados ya.
Iván, en mi registro. Y cada uno en el suyo. Y el privilegio lo crean comentarios como el tuyo. Cráneos arrojados para tí también.
Pablo, Pablo. El formato original era de micro, pero me dio por ordenarlo en base a eso, el ritmo.
Abrazos de luengos húmeros.
Petrus, esta tarde te pago una caña.
Elena, muchas gracias. Yo sí envidio mucho de lo que leo.
Gemma, gracias también.
Abrazo fuerte.