Surgió el tiburón de la caracola y arrancó la cabeza del niño que escuchaba el mar, tan real. Y luego, esa agonía rasposa del tiburón en el suelo de la cocina se vio interrumpida por un latigazo de pulpo, que brotó de la caracola para enrollarse alrededor del escualo y llevarlo de vuelta al fondo del mar, con las olas y la cabeza del niño.
Surgió el tiburón de la caracola y arrancó la cabeza del niño que escuchaba el mar, tan real. Y luego, esa agonía rasposa del tiburón en el suelo de la cocina se vio interrumpida por un latigazo de pulpo, que brotó de la caracola para enrollarse alrededor del escualo y llevarlo de vuelta al fondo del mar de la imaginación, con las olas y la cabeza del niño.
Muy bueno. No vuelvo a acercar la oreja a una caracola sin comprobar si hay alguien dentro. El micro es rápido, directo, sin engaños... Aunque, ¿el cuerpo decapitado del niño se queda en la cocina, no? La policía flipará con este caso... Un abrazo.
ResponderEliminar¿Es necesario ese "de la imaginación"?
ResponderEliminarHaciendo caso de las sugerencias, pruebo a eliminar ese "de la imaginación" (gracias Alb, gracias Agus) que, cierto, puede que reste violencia; aunque seguro que hubo una razón por la que lo puse ahí. Repasando, creo que, aun siendo tal vez una intrusión del narrador, puede también ser un elemento de desasosiego, porque afirma que es imaginación, y por lo tanto nada debería suceder.
ResponderEliminarHay que probarlo de todos modos.
Gracias.
Personalmente, prefiero la primera opción. Sin esa cota, la cocina es la cocina y en ella puede ocurrir cualquier cosa, del mismo modo que la caracola es la caracola. Sí, es cierto, no tendría que suceder, no tendría que haber sucedido, pero para eso estabas tú. A partir de ahora ya es posible, ya es real.
ResponderEliminarAbrazos.
Pd: Fíjate, ahora voy a demostrar que no soy un robot. O quizás sí, depende. Voy a ver.
Yo soy de los eliminacionistas. En realidad ese es el poder de la literatura; es posible lo imposible. Además me gustan esos microrrelatos en los que se asume sin miedo la lógica del texto. Si es tan real el mar que se escucha en la caracola, uno corre ciertos riesgos aplicando la oreja. Haberte hecho un sandwich de jamón y queso!!!
ResponderEliminarAbrazos
Yo estoy a favor del sandwich de Jesus. O arrimas o no arrimas; la oreja, y el cuento.
ResponderEliminarBesos
Yo también lo quitaría, quitarlo es más imaginativo que decirlo, y hace que sea sin dudas, así. Las caracolas dan miedo. Un abrazo.
ResponderEliminarOtro voto para la primera versión. No creo que gane la pieza revelando que todo se debe a un vuelo salvaje de la imaginación. Además ya lo deduce el lector.
ResponderEliminarAbrazos
Me sumo, totalmente, a los partidarios de la primera. Para mí mucho mejor.
ResponderEliminarCorroboro;ese "de la imaginación" ahí suena como una pastilla de sacarina después de leer la primera versión.
ResponderEliminarUn abrazo, Gabriel.
Me uno, pues, a esta manifestacion alegal en contra "de la imaginacion". Ya es suficientemente potente y subrealista este micro como para decirle al lector que todo lo que cuentas es producto de su imaginacion.
ResponderEliminarPor mi parte espero recuperar el tiempo perdido, si es posible.
Cheers.
Víctor, no sé si es peor el cuerpo del niño en la cocina o su cabeza en el mar. ¿Flotan las cabezas? Mil gracias, si compruebas caracolas es que el micro ha funcionado.
ResponderEliminarAbrazo
Odys, Agus, grande razón lleváis. Con lectores así da gusto escribir. Abrazos largos e intermitentes.
Jesus, te agradezco el comentario. Me dejé llevar.
Abrazo
Susana, cierto. Los riesgos del protagonista debe asumirlos el narrador, y el autor.
Abrazo
Manu, gracias; supongo que el tiburón lleva tiempo ahí, porque hace mucho que no escucho caracolas.
Abrazo
Gemma, gracias. No me di cuenta de que añadir esa frase podía revelar un hecho. Creo que la puse por complementar, sin tener en cuenta que podía suponer un pilar en la narración.
Abrazo agradecido
Elisa, mil gracias. Comparto tu visión.
Abrazo
Alberto, bienhallado, en realidad la primera versión era con la imaginación. El recorte ha sido efectivo, sin duda.
Abrazo férreo
Petrus, gracias. Recupera, que ya es hora.
Abrazo (¿lo de cheers es por el bar?).