lunes, 14 de marzo de 2011

Una historia de Ocozol


Bel Cozvíjar era un tipo huesudo, corcovado aquí y allá, de pelo prieto y duro. Tenía la cara curtida por el viento de Ocozol, y un ojo blanco por la cuchillada certera de su amigo Ocrán Sanabú.
Ocrán era un cerdo. Un cerdo hombre. Le gustaba todo lo que se moviera, y procuraba conseguirlo. No mató a Bel porque éste lo agarró del cuello y lo miró con el ojo sin navaja clavada, susurrando “con éste te veo bien, y te veo casi muerto”.
Ya viejo, Bel Cozvíjar enfermó y se fue retorciendo como el cable de un teléfono. Hubo días en que tripa arriba no era lo mismo que boca arriba; pero Ocrán Sanabú no faltó junto a su cama para cuidar del amigo y asegurarse de que moría en paz.
El último día, en el sosiego de lo impepinable, Bel Cozvíjar miró a Ocrán Sanabú, guiñó aquel ojo blanco, y le dijo “me voy ¿eh?”.



Y vino de aquí la inspiración,
viejo escenario de infancia.
Gracias a Pseudópodo, que aunó los recuerdos
de los que veíamos lo mismo en la estantería.

12 comentarios:

  1. No sé si es lo que querías transmitir, pero me ha parecido una bella amistad, de las de toda la vida.
    Lo de verle con el ojo sin navaja clavada, me parece genial, lo había visto en alguna parte... ¿donde?
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Magistral, Propílogo. Algunas frases ya estaban consiguiendo que esto estuviera muy bien (el cable del teléfono, tripa arriba no era lo mismo que boca arriba, te veo veo bien y te veo casi muerto), pero ese final... Ah, qué final. Y la historia que cuenta, claro.

    ResponderEliminar
  3. Una historia merecedora de un contador aplomado y sugerente como tú. La he leído dos veces y voy ahora por la tercera. ¿Habrá una cuarta?

    Blogsaludos

    ResponderEliminar
  4. A mí me parece una historia de amor. Aunque sea un amor bruto, rudo y casi les cueste la vida. Aunque sea una vida que sólo se salva por ese amor que casi les cuesta la vida. La prosa es excepcional.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Es un micro muy logrado, Gabriel. He disfrutado mucho leyéndolo, los nombres me encantan y esos toques surrealistas funcionan verdaderamente bien. Me despisté un poco con Hubo días en que tripa arriba no era lo mismo que boca arriba. Lo dicho, me gustó mucho.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, bueno, bueno... Menuda cumbre de desbarre bien aliñado, Gabriel. Me estoy partiendo de risa hacia adentro porque hacia afuera estudian (creo que Derecho). En resumen, que me encantó y que venga quien quiera a decir que la literatura y el humor no se llevan bien. La literatura y el humor son exactamente lo mismo. Y tú lo sabes bien.
    Abrazos partidecúlidos,
    PABLO GONZ

    ResponderEliminar
  7. Me ha parecido un micro de personajes. Se suele hablar de novelas de personajes, pero me has descubierto la posibilidad de escribir historias cortas de personajes. Es la historia de una amistad ruda, en la que dos pedazo de bestias no pueden vivir el uno sin el otro. Enternecedor, aunque no pueda parecerlo.

    ResponderEliminar
  8. Más que amistad veo cierta dependencia. Como Batman y el Jocker. Y es que no sólo el amor, la amistad, dan sentido a nuestra vidas; también la rivalidad y el enfrentamiento. Qué bien nombras a veces a los personajes, qué bien haces creíbles personajes de nombres imposibles.
    Me ha gustado mucho.

    Abrazos (creo que termino mi ronda de comentarios, como la de carrusel pero sin fútbol. Fuiste el último porque así tocó)

    ResponderEliminar
  9. Me ha gustado mucho la historia de estos dos "amigos", aunque debo decir que para nada había pillado los dobles sentidos de sus nombres :P

    ResponderEliminar
  10. Anita, gracias. Amistad o relación, era algo que había. Lo de la navaja, ni idea. Igual lo he recuperado del subconsciente pensando que era mío. Abrazo.

    Budo, muchas gracias. Me alegro de que te llamen la atención esos detalles.

    Adivín, mil gracias. Siempre atento, siempre paciente. Me ha gustado lo de sugerente. Te lo tendré en cuenta.

    Agus, bruto, rudo, esa era la pretensión. Abrazos.

    David, a mí si que me gustan esos nombres. Fueron sombras en mi infancia.

    Pablo, me haces feliz.

    Manu, yo suelo analizar a posteriori, y te doy la razón. Este micro no es acerca de la historia, sino acerca de quiénes y de cómo.

    Jesus, la solución a los nombres de los personajes está en la foto que añadí más tarde. Las palabras que aparecen en los lomos de cada tomo de la enciclopedia Espasa fueron personajes, dioses, lugares, incógnitas sonoras de mi infancia. Y, según descubrí más tarde, de la infancia de otros que también tuvieron esas letras doradas como paisaje. Hacía mucho tiempo que quería dedicar unas líneas a Ocrán Sanabú (que en realidad es Sanabu).

    Thanos, muchas gracias. Conocer las referencias de los nombres sólo aportaba carga emocional, aunque sea trampa. El sentido del micro seguiría ahí sin nombres.

    Muchas gracias a todos

    ResponderEliminar
  11. Lo de retorcerse como el cable de un teléfono me ha resultado genial, entre unas descripciones que ya de por sí son estupendas. Y la inspiración en la enciclopedia, también una idea fabulosa. Qué bien te lo pasas escribiendo, se nota.
    En este micro tus personajes me recuerdan un poco al protagonista desmedido de Valor de ley.

    ResponderEliminar
  12. Pues no me da ternura el relato al final. Este micro es un cortocircuito. Muy acertados los nombres. Un buen viaje.

    ResponderEliminar