He encontrado algo que me ha hecho estremecer.
Estaba vivo, se movía.
Es una frase:
"Un microrrelato jamás se explica. Funciona o no funciona." (Fernando Remitente)
Y vive aquí
Reflexiones:
1.- Cuando enfrentas al relato con el lector, si el lector requiere una explicación ¿por qué modificar el relato? ¿Podríamos modificar al lector?
2.-¿Es la explicación nuestra modificación del lector?
3.-¿Cuántos lectores pueden ser modificados por un solo relato? ¿Cuántos relatos explicados hacen falta para hacer irreconocible a un lector? "Soy yo, cariño, no te asustes. Me explicaron todo Chéjov. Sé que ahora parezco mayor."
4.- ¿Cuál es el umbral de relatos que un lector puede asumir sin pedir explicaciones? Superado ese umbral ¿se convierte el lector en el escritor?
5.- Hay que escribir cosas que el lector no entienda. De otro modo, si las entendiera, podría haberlas escrito él mismo; y nos faltarían a nosotros. En caso de que pida explicaciones, éstas habrán de ser ambiguas, de lo contrario poblaremos el mundo con una inmensa prole de "escrilectores" transgénicos dispuestos a "escrileer" nuestras propias obras...
No estoy de acuerdo con que haya que escribir cosas que el lector no entienda, lo siento. Nunca se debe complicar la lectura. Yo más bien diría que hay que escribir, y que el lector después debe interpretar. Puede que él saque conclusiones diferentes a las que el escritor había propuesto, pero esa es precisamente la esencia del microrrelato: uno sugiere y otro concluye.
ResponderEliminarPor supuesto que no. Era sólo una reflexión acerca de cuánto de uno mismo hay en los cuentos. Como extremo, la única autodefensa del escritor sería que no lo entendieran...
ResponderEliminarCreo que la mejor respuesta para cualquier pregunta sobre un relato sería "lo que quieras".
No vuelvo a pedir explicaciones a ningún autor. Observo, comprendo o no, disfruto o no, sigo adelante.
ResponderEliminarHola de nuevo, Propílogo:
ResponderEliminarMe estuve paseando por tu blog y lo encontré muy interesante. Te linkeo en el mío.
La dirección, por si quieres visitarlo, es:
http://pablogonz.wordpress.com
Un abrazo,
PABLO GONZ
Te seguiré... (vaya, la despedida parece un micro de terror)
Muy honrado con la cita y con el enlace, muchas gracias.
ResponderEliminarEl mandamiento: "Un microrrelato jamás se explica. Funciona o no funciona", es demasiado rotundo. Tan rotundo que da miedo. Precisamente, aparecía como nota al pie o explicación a un relato. En parte ironizaba sobre su propia validez como mandamiento. En parte, el relato era la explicación y las notas al pie el verdadero relato.
Es un asunto resbaladizo. Pienso que un microrrelato (o una novela o una película) deben bastarse por sí mismos. Si hay que acudir a materiales auxiliares que expliquen el significado de una obra, algo falla. Pero el fallo no está en el lector, sino en el autor. No ha sido capaz de introducir en el mundo cerrado de su obra los materiales suficientes para que resulte del todo comprensible.
Ahora bien, ¿puede un autor conocer las referencias, bagaje cultural y comprensión de un posible lector que desconoce? Quizá sí. Quizá no. Quizá sólo hasta cierto punto.
Un ejemplo a seguir son Los Simpson. Funcionan a todos los niveles. Desde los gags y los trompazos que divierten a los niños, al sarcasmo y la critica social para adultos, o las referencias cultas o de la cultura popular norteamericana que sólo captan los iniciados.
Creo que hay que aspirar a algo así. También creo que es dificilísimo.
De todas maneras, siempre hay que tener presente, que en narrativa no existen leyes, sólo principios generales.
Un saludo.
Gracias a todos por la visita.
ResponderEliminarEfectivamente, Fernando, es un asunto resbaladizo.
Depende del escritor el decidir cómo de "abierto" es su relato. El Lector Ideal de King funciona si conoces a ese lector. Si no lo conoces, habrás de limitarte a suponer sus capacidades, su bagaje... O, si no, a escribir lo que realmente te guste, y confiar en que realmente no sea tan críptico como pensabas...
Hay cosas que, evidentemente, no escribimos para los demás. Pero también nos gusta escribirlas. Ésas también valen, pero la moneda es diferente.
Acabo de llegar a tu blog y me haré seguidor.
ResponderEliminarDel texto te dire que creo que si un micro no lo entienden todos los lectores tampoco es malo. Se busca expresar una idea y, creo, que transmitirla al 100% de la población lectora es difícil.
De hecho las lecturas no comprendidas, aportan una nueva visión. quien entiende el texto de otra manera le da un giro que puede ser muy interesante.
Me he pasado de largo en el comentario.
Gracias, Rufino.
ResponderEliminarComo bien dijo Fernando, es un tema resbaladizo. Es posible que cuanto más signifique un relato para el autor, menos sentido tenga para el lector. EL balance es complicado. Tal vez nuestros relatos más opacos son los que guardan alguno de nuestros secretos, algún dolor del que no vamos a hablar...
Comparto tu idea de una nueva visión. Para todos hay "distintas cosas evidentes".
Un saludo.
El autor es soberano en sus textos,y el sabrá si asume o no la responsabilidad de ser o no comprendido por sus lectores,de ésta forma aquí juega la relatividad,con las variantes que tenga en talento,y el registro que él esté dispuesto a someter a su auditorio meta.Pues en otros casos es el lector quien tiene que elevar su intelecto para captar al escritor.Yo conocí a un autor quien manifestaba sentirse satisfecho si le gustaba su obra a Juan García Ponce,que el resto del conglomerado de lectores a él no le importaba lo que opinásen.
ResponderEliminarDicha relatividad cae en pertinentes variantes de géneros,culturas,subculturas,cuando no cultos,grupos y cofradías que requieran conocimiento de cierta terminología particular a los mismos.
En España he escuchado que existe un género denominado"literatura para taxistas",como indicativo de una lectura para masas,por lo sencillo y cotidiano de sus temas.
Pero otros estratos de lectores prefieren entrar en complejidades,y no necesariamente exigen entender la obra sino más bien sentirla.
Ésto es aplicable tanto al micro relato como a la novela,o a cualquier otro formato.
El encanto del acervo se encuentra en la riqueza de sus variantes,y será el lector quien elija lo que busca.
El escritor trasciende en tanto posea la capacidad de transmitir.
No hay nada nuevo bajo el sol,lo que cambia es el estilo.
El hombre es el estilo.
Bienvenido Carlos. Me quedo con tus últimas ideas: "El escritor trasciende en tanto posea la capacidad de transmitir" y "lo que cambia es el estilo".
ResponderEliminarY cómo sorprende que alguien te diga "esto parece que lo has escrito tú". Al final, trabajando conscientemente por escribir mejor, dibujamos inconscientemente nuestro propio estilo.
Un abrazo
P.