No tengo ni idea de qué hay que decir en una entrada así.
Ayer me dieron el premio anual de ReC. Conocí a un grupo de gente estupenda, y con ellos compartí una mañana moderadamente angustiosa, unas cañas después de la tensión; confidencias, temores y alegrías.
Estoy muy contento, a pesar de que ya no vaya a participar más en ReC, porque gracias al certamen he conocido a un montón de gente maravillosa, algunos de los cuales se han convertido ya en buenos amigos, y otros todavía no. Me alegro mucho de haber formado parte de un concurso que ha logrado extender el fomento de la escritura, la presencia del microrrelato. Todo ello gracias al equipo hiperactivo de la Escuela de Escritores y de Cadena SER; y gracias, por supuesto, a los cientos de participantes de cada semana.
Montse Aguilera, Javier Sagarna, Ricardo Hierro, Luis González, Joaquín Valls, Carles Francino, Germán Solís, Ignacio Rubio, Alberto Corujo, yo, Mar Horno, Luis Fernández de los Muros, Joana Bonet, Fernando Martínez.
En la azotea de la SER, con un amigo