lunes, 31 de mayo de 2010

Profesional

La cena se enfriaba en la mesa. Damián, la frente contra la pared, sujetaba el aparato.
–Ya.
–...
– ¿Fue él?
–...
– ¿No sabían nada? ¿No se dieron cuenta antes?
–...
– ¿No lo ven entrar y salir?
–...
–Entonces, ¿cómo llegó allí?
–...
–Voy para allá.
–...
– ¿Antes no? O un poco más tarde.
–...
–No. Prisa no. Pero cuanto antes acabemos...
–...
–Tal vez para usted no sea importante...
–...
–De acuerdo. En diez minutos.

Damián se puso el abrigo, tomó su placa, dos cargadores y el arma.

–Hijo, vuelvo enseguida. Encontraron tu chaqueta. La tenía Héctor.

6 comentarios:

  1. Me pierdo un poco, Propílogo, no consigo pillar la historia oculta, pero no me hagas mucho caso que estoy un poco espeso.
    Muchísima suerte en todo caso.

    Un abrazo.

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  2. Sí, yo tampoco lo he entendido bien...

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  3. Era un ejercicio (fallido, aparentemente) que sugería Chimal en su web. Escribir medio diálogo de una conversación telefónica. La intención es contar la historia con la mitad.

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  4. Había un ejercicio interesante que consistía en narrar un diálogo entre dos personas que ocultan un secreto sin citar el secreto, ni siquiera que lo tuvieran.
    Entiendo lo que pretendías, y también su dificultad, pero no consigo rellenar los puntos suspensivos.

    Un abrazo.

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  5. Creo que la llamada acaba por entenderse a la frase final.
    La idea estuvo muy buena,pero faltó construírla mejor trabajando frases que sugiriésen que alguien había cometido un terrible crimen;
    para cuyo efecto hubiése funcionado que tomáse el arma a la segunda o tercera frase,Y que se hiciera crecer gradualmente la sugerencia de gravedad del caso,para rematar con la sorpresa.

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  6. Estoy de acuerdo, Carlos. Si él revisara, por ejemplo, el arma a mitad del texto, nos daría la pista (falsa) de que el asunto es policial... Buena idea. Y gracias.
    Un saludo.
    P.

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