lunes, 3 de mayo de 2010

Golden Retriever

Me había mudado hacía cinco semanas. Era un barrio con lechería, con bazar; un taxi, una puta... Un barrio como cualquier otro. Un barrio de mierda.
El cartero salía del bar cuando yo salía de casa, de modo que nunca recibí mis cartas por la mañana. Lo veía caminar despacio -era cojo el cartero-. Llamaba en la casa del toldo amarillo y esperaba a que saliera el perro.
-Guau -decía el cartero.
-Guau -decía el Retriever.
El cartero le daba la correspondencia y seguía su camino.
Contemplé la escena cada día. Pensé en un inválido, pero vi a la mujer subida en el alféizar, limpiando los cristales. Pensé en un ciego, pero vi al hombre observando bajo la falda de la mujer que limpiaba los cristales.
Un sábado encontré a la mujer en el bazar. Llevaba en una mano un bote de limpiacristales y en la otra un liguero nuevo.
Le pregunté por el perro.
-Está bien, gracias -me dijo-. ¿Le hizo algo? ¿Lo tuvo esperando?
-No, no -contesté.- Sólo quiero saber por qué siempre abre el perro la puerta.
-Y... -dijo ella-. Echamos a suertes hace ya tiempito. A mi me tocó enseñarle el culo al viejo. Y al pobre Nelson, abrir la puerta.


Editado el 1 de Junio de 2010.
Golden Retriever, recibe mención en el Concurso #54 de Las Historias

4 comentarios:

  1. Acabo de ver los resultados de Las Historias de este mes, así que no puedo menos que visitarte y devolverte los parabienes. Volveré, cómo no.

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  2. Muy agradecido. Una pena que este mes estuvo poco concurrido en Las Historias.
    Un saludo
    P.

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  3. A mí la imagen no me inspiró, luego me da envidia ver qué buenas cosas salieron, porque el que ganó también es un muy buen cuento.

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  4. Vaya! Te has dado un buen paseo! La verdad es que en ese concurso siempre aparecen cosas interesantes. Las construcciones, el vocabulario de México...
    Nos veremos por allí.

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